Un infierno. En el centro de prensa del Mundial no hay aire acondicionado ni climatizadores haciendo que el calor sea todo un factor.

En verano, España de por sí es uno de los países en los que hace más calor de toda Europa. Desde que empieza el mes de junio las temperaturas se hacen sentir. Lógicamente la llegada del verano marca un punto de inflexión de lo que se viene en los próximos meses.

De los 20 grados que dominaron la primavera, el termómetro llega a sobrepasar los 30 grados. Después, supera los 40 grados. Y de ahí se mantiene, alternando 40, 41, 42, 43 y a veces hasta 45 grados.

En Madrid, la capital española, que es una ciudad mediterránea, sin costas de mar, todo se complica aún más. Porque ahí el termómetro no baja de los 42 y generalmente está entre 45 y 46 grados. Ayer, por ejemplo, se registraron dos muertes por las altas temperaturas en cercanías de Madrid. Una, en Toledo, donde un hombre de 65 años, caminando por la zona céntrica, se desplomó. En el hospital comprobaron que la muerte había sido por el calor. Y en otro pequeño poblado agrícola, un muchacho de 17 años no aguantó el calor estaba ayudándole a su padre en la cosecha y murió por insolación. Ambos casos conmueven a toda España. Los canales de televisión los analizan permanentemente e inclusive brindan sugerencias. En tanto en Barcelona, como en toda la costa, las temperaturas son más soportables, simplemente por el aire de mar. Igual, ayer, comentaban en el centro de prensa del Mundial que las actuales temperaturas son las más altas en toda la historia de estas tierras.

En el estadio de Vilanova, donde ayer los chicos de la Sub-19 hicieron la prueba de pista, no hay aire acondicionado pero el escenario tiene aparatos climatizadores. Eso sí, bajar a la sala de prensa, que está en un tinglado externo, es ir prácticamente al infierno. No tiene aire acondicionado ni climatizadores. Y es un tinglado prácticamente de chapa. Igual, los anfitriones, concretaron una brillante recepción, poniéndose a disposición de los visitantes.