Como experiencia, en una fecha atípica para el mountain bike, la primera Vuelta a San Juan, que organiza Adventure Pro y pone en disputa la copa challenger DIARIO DE CUYO, ya es exitosa. La carrera diseñada de manera que se disputen todas las modalidades posibles y que en vez de ser por tiempos es por puntos se ha convertido en un “carrerón”. Hoy, a las 10, cuando se largue la última etapa, 30 kilómetros en la modalidad del rally maratón, cinco corredores, separados por sólo dos puntos se disputarán la clasificación general.

Mauro Berrocal, que ayer por la mañana venció por la mínima diferencia al cordobés Juan Pablo Pereira en la definición del tramo de 30 km de Rural bike, es quien lleva la malla líder. El cuádruple campeón sanjuanino de rally maratón suma cinco puntos. Detrás suyo, a escasa una unidad se encolumnan, Mauricio Arias, ganador de la crono vespertina, Emanuel Castro y Gonzalo Tellechea. Los tres tienen siete unidades. En tanto que Pereira segundo en la mañana y quinto en la tarde está un escalón más abajo con siete puntos.

La jornada de ayer comenzó con algunos minutos de atraso porque los organizadores debieron volver a marcar algunos lugares del trazado porque el viento de la madrugada cortó las cintas de señalización. Después de un tirón en tren controlado por calle 11 al Oeste, en el ingreso a las calles de ripio del barrio Bella Vista, se dio el vía libre.

Mientras se transitó por callejones de fincas llanos el pelotón se dividió en dos grupos bien diferenciados. Al llegar la carrera a la ruta 40 (se transitó por el costado y se la atravesó por un par de alcantarillas de desagüe) la cosa cambió. Gonzalo Tellechea rompió la armonía y sólo Berrocal y Pereira pudieron mantener su ritmo.

Los tres se cortaron y comenzaron una carrera particular. A los dos sanjuaninos les convenía la fuga, porque comparten el mismo equipo y al cordobés porque lidera su categoría. La nublada mañana y el colorido de las plantaciones por donde pasó la competencia conformaron un espectáculo único, que disfrutaron los corredores y también quienes observaron la competencia.

La lluvia caída en la noche anterior embarró algunos callejones y exigió aún más la pericia de los competidores que se las ingeniaron para elegir el mejor camino y no poner en peligro su integridad física ni sus máquinas.

Varias circunstancias se conjugaron para conformar una gran carrera, destacándose el entusiasmo y calidad de los participantes con una organización que cuido todos los detalles. Hasta los mínimos, como el que el agua que se entregaba a los ciclistas estuviese fresca.