Carlos Sánchez vivió un choque de emociones en cada uno de los dos goles que convirtió ayer con la camiseta de River frente a su ex equipo, Godoy Cruz, tras haber decidido continuar entrenando la semana pasada luego de la muerte de su padre.
“Sirvió para sumar, para la confianza de uno, que venía golpeado. Hoy pude demostrar lo que uno siempre piensa. Hay que seguir y no bajar los brazos”, afirmó, tras los festejos.
Sánchez consiguió una de sus mejores actuaciones en la temporada y las coronó con dos goles. En el primero (el tercero del equipo) miró hacia la tribuna de Godoy Cruz y recordó su aprecio por esos colores. En un instante, también miró al cielo. El segundo, una joyita de emboquillada de unos 25 metros, sirvió para que sea tapado por sus compañeros mientras en las tribunas millonarias se desplegaba la euforia por lo que ya era una goleada, por 4 a 0.
Sánchez concluyó: “Nuestro objetivo es pelear el título y gracias a Dios se están dando los resultados. Igual falta mucho”.
PONZIO, CAL Y ARENA:
Leonardo Ponzio cumplió ayer un centenar de partidos con la camiseta de River, por lo que recibió una plaqueta. Parecía que iba a tener el mejor de los festejos el volante central cuando marcó el segundo gol del partido con un espectacular tiro libre pero debió abandonar al final del primer tiempo el encuentro por un esguince en su tobillo derecho.
Ponzio jugó en una primera etapa en River entre 2007 y 2008 (con el que fue campeón) y emigró luego a Zaragoza de España. A principio de este año decidió sumarse otra vez a River, donde hoy es uno de sus puntales.

