Era el primero del año. Ese esperado cruce entre los dos más grandes de Argentina traía historia detrás. Antigua y reciente, potenciada por lo que se vivió en la Copa Libertadores del 2015. Esa era cuenta pendiente para la gente pero también para los jugadores por lo que se vio en el estadio José María Minella. Es que arrancaron pasados de vueltas, tanto que Jonathan Silva viviría su debut más olvidable en esto de jugar superclásicos porque le entró a destiempo a Gabriel Mercado y el árbitro Loustau decidió su expulsión. Iban apenas 12’ de juego y eso desató el descontrol en los jugadores de Boca que minutos después terminarían más enloquecidos todavía cuando llegó el penal por la mano de Carlitos Tevez que Pisculichi cambió por gol.

Acto seguido, Daniel Osvaldo entraría en escena primero discutiendo con Vangioni y minutos después obligando a la tarjeta amarilla del juez del partido cuando fue a buscar la pelota con Marcelo Barovero y lo taló abajo. Durísimo. Con sólo 22’ de juego del superclásico y ya había pasado de todo.

Después, el Cata Díaz hasta se animó a empujar a Loustau cuando le cobraron una infracción a Tobio sobre Alario. Boca era descontrol y furia en apenas 25’ de juego, dejando más que claro que el clásico no era simplemente el primer encuentro del año, y mucho recordando aquella bochornosa definición de la Copa Libertadores y el gas pimienta. Mar del Plata asistió a un superclásico marcado por la polémica y el descontrol. Boca entró en zona de desesperación muy temprano, River respondió con firmeza pero con algo de más claridad conceptual para manejar el partido dentro de ese escenario.

Fue un primer tiempo electrizante, cargado de polémicas, reproches, pierna fuerte y algo más. Muy lejos de un simple amistoso de verano, prometiendo que en apenas siete días más se volverán a ver las caras en Mendoza para saldar cuentas pendientes.

Más todavía por lo que pasó a los 34’ cuando Tevez fingió un cabezazo de Maidana y el árbitro expulsó al jugador de River. Tras eso se armó una batahola que terminó con los dos planteles peleándose. Fueron 5’ de insultos y manotones. Vergonzoso.