Luego de haber jugado los dos primeros partidos de la final de la Liga A2 de vóleibol en Buenos Aires, el ánimo de Obras Pocito sigue muy fortalecido, al tener empatada la serie 1-1. El cansancio acumulado por los juegos del fin de semana y el viaje de regreso a San Juan está reflejado en el rostro de Gastón Tissera y de Joselo Nazareno, dos puntales del equipo, pero ellos ni reparan en ese tema.

En cambio, esperan una semana con mucho entrenamiento para afrontar ahora los dos duelos de local ante Ciudad de Buenos Aires, el sábado y domingo próximos, sabiendo que si un equipo gana los dos cotejos, será el campeón y el que logre el ascenso.

Obras se enfrenta al equipo más poderoso de la categoría, el que se ‘armó con la obligación del ascenso’, y le quitó el invicto que traía desde principio de la temporada anteayer. El central sanjuanino señaló que “en el primer partido nosotros jugamos muy por debajo de nuestro nivel ante un equipo que nos había estudiado muy bien. El domingo a la mañana casi no entrenamos, estuvimos viendo tres horas los videos y encontramos la estrategia adecuada. Jugamos a nuestro nivel y creo que el rival no se esperaba eso”.

El opuesto ecuatoriano se refirió a lo que viene y es optimista. “Yo veo que nuestro equipo siempre juega mejor de local. Y espero que eso suceda el fin de semana”.

Tissera coincidió con esa sensación y agregó: “en este momento los dos equipos tienen las mismas posibilidades de ganar la final. Y eso, en dos equipos con tanta diferencia de presupuesto, indica que nosotros tenemos mucho por ganar y ellos en cambio mucho por perder si no logran el objetivo”.

Además de regresar a Obras a la máxima divisional, ganar esta final significaría mucho en lo personal para estos jugadores.

Tissera, que jugó mundiales en divisiones formativas junto a Rodrigo Quiroga y Federico Pereyra, sintió antes de esta temporada que era un exjugador, con 24 años. “Venía de jugar un año en Buenos Aires Unidos y por temas personales tuve que encarar proyectos en San Juan. Las ofertas que tuve en la Liga A1 no justificaban que me fuera de San Juan. En diciembre me contactó Jorge Elgueta y estuvimos entrenando tres meses sin saber ciertamente si íbamos a jugar. Por eso que me pasó es que disfruto mucho más este presente”.

Nazareno, de 23 años, sabe que el campeonato significará un impulso en su carrera que empezó de casualidad. “Para ayudar a mi madre, yo era vendedor ambulante en Guayaquil. Caramelos o vasos de gaseosa generalmente. Y un día, cuando tenía 15 años, me vieron en la calle dos personas de la Selección y me invitaron a sumarme a un proyecto de captación de jugadores. Ésta es la primera vez que disputo una final y sé que ganarla puede significar que juegue en la Liga A1 argentina, que es uno de mis metas personales”.

Nazareno ya jugó en Obras en 2009 y luego integró equipos de Buenos Aires, que disputan la Liga Metropolitana. El año pasado estuvo en Chile “y cuando mi representante me dijo de regresar, acepté de inmediato porque ya conocía al club y también porque podía estar más cerca de mi novia, que vive en Córdoba”, agregó.

El triunfo del domingo fue la certificación que el equipo sanjuanino puede coronar la temporada de la mejor manera. Tissera lo refleja así: “No pienso en hacer una promesa o algo así si somos campeones, porque eso lo haría si ocurriera un milagro. Y nosotros, si jugamos al mejor nivel que podemos, nos va a ir bien. Si Dios quiere, podemos ganar los dos partidos que vienen y festejamos de local”. Obras tiene fe en su fuerza.