Sin dudas se trató de la única mancha importante en los tres partidos que se disputaron por esta Copa América en el Estadio del Bicentenario. Es que a los 39′ del complemento se cortó un tercio de las luminarias de la platea Oeste (las de la platea Este continuaron a pleno) y por ende el árbitro ecuatoriano Carlos Vera decidió suspender el juego transitoriamente. Esperó un par de minutos y como no volvía en su plenitud la intensidad lumínica, decidió seguirlo al encuentro, en parte debido a los tiempos de los satélites para las transmisiones televisivas.

Pese a que las luminarias tardaron cinco minutos en volver a todo su potencial, el partido se desarrolló de forma normal. Claro que los comentarios radiales tanto de medios chilenos como venezolanos fueron bastante duros. Se trató de un contratiempo inesperado y que pone algo de atención para un nuevo acontecimiento en el Bicentenario en horario nocturno.