No había ganas ni de saludar por parte de los jugadores. Un poco por el frío y otro tanto por la desmotivación en este final de campaña que aspiraba a ascenso a Primera y que derivó en la búsqueda -infructuosa- de llegar los 50 para…no sufrir con el descenso la siguiente campaña. Un tobogán de sensaciones de San Martín que pasó del éxtasis de estar puntero en la fecha 14 a este final ante la CAI con la menor concurrencia de la temporada y en el adiós como técnico de Rodolfo Rodríguez. Un 2 a 1 que sirve sólo para las estadísticas y llegar a las 49 unidades. También para que Martín Seri marque su primer gol con esta camiseta (¿justo en su despedida?) y para que Walter Cuevas se despegue más todavía como el máximo artillero del equipo, con 7 alaridos. Demasiado poco para un club que apuntó al renacer inmediato después de un año en Aruba. Es decir en la máxima categoría. Por eso la ‘F’ de frustración y de fracaso le sientan de forma ideal como los adjetivos para definir el torneo. Una evaluación bien distinta a la que se llevó ayer del Hilario Sánchez Estela Alvarez, quien aprobó en su debut como la primera mujer en dirigir en la categoría.
Como si fuera un cortometraje del desarrollo del año para el Verdinegro el partido tuvo de todo. Igual que en el inicio con Pablo Marini como técnico, el juego arrancó a mil. Con alegrías por doquier con los goles de Seri a los 3′, tras una gran jugada colectiva que incluyó un centro perfecto de Plaza, y con el derechazo de Cuevas para el 2-0 aprovechando una pifia de De Miranda, pifia digna de un encuentro de solteros contra casados. Era alegría. Fiesta y griterío para las 1.500 personas que fueron a ver la despedida. Claro que, igual que en el torneo, se pasó de la comedia al suspenso. Al sufrimiento. Porque el equipo se quedó y la CAI, que cómo será que estaba en otra cosa que de San Juan partió a Buenos Aires para concentrarse para disputar la Promoción, se le vino más por compromiso que por convicción. Tuvo una Rolle, pero Botero se la tapó con la complicidad del travesaño. Dedyn también hizo revolcar al ‘Uno’ cafetero, quien atajó ocho juegos en la 2008-09 y recibió cuatro tantos.
Descansar y enfriar los músculos no hizo otra cosa que asentar la parsimonia de San Martín en el complemento. Rolle le pegó un martillazo al trámite monótono del partido con un zurdazo que estampó el descuento y entonces el género de la película pasó a ser el de un drama. De Miranda y Caamaño, ambos de cabeza, casi llevan la calificación a una de terror, pero la falta de puntería conspiró contra ambos centrales. Ultimo pitazo de Alvarez y las sonrisas volvieron. No tanto como para una de comedia, pero sí para un final decoroso.
Tres puntos y aparte. La necesidad de reinventarse para San Martín es innegable. De arriba para abajo. De dirigentes a jugadores y viceversa. El camino para regresar a Primera no será sencillo. Se fue la temporada 14 en la segunda categoría del país. Esa que mañana nadie recordará.

