Demasiado injusto para un equipo que hacía -hasta hace no mucho tiempo atrás- de su localía su fortaleza. Lo cierto es que San Martín no logra asimilar el duro golpe sufrido atrás ante Godoy Cruz. Sí, pasaron más de 15 días y el Verdinegro no logra sobreponerse ante esa derrota ante su clásico rival y en su propia cancha. Y no solo lo reflejan los resultados, sino su estilo de juego. San Martín ya no es más ese equipo aguerrido que se hizo fuerte ante River en el mismísimo Monumental. Parecía que esa epopeya le daría otro envión al equipo de Mayor pero no fue así. Porque se aseguró la permanencia varias fechas antes y no por virtud propia sino por resultados ajenos.
La consiguió, sí. Pero con la imagen de ayer quedó reflejada cierta relajación que no debiera existir en un equipo que ya se puso otros objetivos y que sueña con entrar a una Liguilla Sudamericana. Todos esperaban en Concepción celebrar un nuevo aniversario a lo grande, y si bien en las tribunas todo fue una fiesta, eso no se tradujo en el campo de juego. A San Martín ayer le faltó mucho para volver a ser el que fue.
Lo reconoció Mayor. Lo expresó Emanuel Martínez también al expresar “creo que nos faltó actitud”. Se tradujo en el final, cuando en medio de los fuegos artificiales, los plateístas del sector Este se amontonaron a la salida del túnel para recriminarle a sus jugadores mayor actitud. San Martín no es el mismo. Ni antes eran héroes ni hoy son villanos, pero deberán trabajar para volver a ser el de antes.

