Lino y Federico Sisterna pasaron del sueño de vivir otro Dakar a una pesadilla que trataban de superar anoche, al cierre de esta edición.
Luego de haber transitado los 405 kilómetros de enlace hasta el primer especial con total normalidad, se encontraron con lo menos deseado apenas haber andado 30 kilómetros del recorrido cronometrado. Una falla en el motor del buggy ’Fast & Speed’ detuvo la marcha del binomio sanjuanino y puso en serio riesgo su continuidad en el rally raid.
Al cierre de esta edición todavía intentaba el equipo detectar cual era el inconveniente, para luego buscar la solución, en una feroz carrera contra el tiempo. Es que para seguir en competencia, los Sisterna deben arribar al vivac de San Luis antes que parta hoy desde ahí el último camión (estimaban que eso sería alrededor de las 10), para comenzar la segunda etapa. El inconveniente surgió antes de las 15 de ayer y a las 19 habían conseguido descubrir la parte superior del motor. Una conversación con Johnny Hakvoort, dueño del equipo ’Fast & Speed’ le dio como indicio a Lino que el origen del problema podría ser los cojinetes del cigüeñal de bancada, lo que permitiría arreglar el problema y seguir en carrera. Al cierre de esta edición, Silvina Sisterna, hija de Lino, informó a DIARIO DE CUYO que todavía trabajaban en el auto y no pudo precisar más detalles.
Previamente, Federico reconocía su dolor por la situación: ‘Cuando escuchamos los ruidos, no lo podíamos creer con mi viejo. Nos bajamos del auto y nos abrazamos y lloré por la impotencia‘.
El navegante del buggy #360 admitió su admiración por la fortaleza anímica de Lino, su padre y piloto: ‘Mi viejo en ningún momento baja los brazos y no importa lo que sea no se le cruza por la cabeza otra idea que seguir corriendo‘. Aunque él si acusaba el impacto: ‘Esto no es un problema de salud, pero es difícil de explicar tanto sacrificio que hemos hecho, tantas puertas que hemos golpeado y que no podamos continuar. El objetivo deportivo (estar entre los primeros 30) ya está totalmente descartado. Hemos rezado tanto solamente para poder continuar‘, cerró.
De las cuatro ediciones anteriores que compitió Lino Sisterna, solamente en el año 2011 no pudo completar el recorrido.
EN CARRERA
Los otros equipos sanjuaninos pudieron completar la primera etapa, superando algunos inconvenientes de menor calibre.
En motos, Alberto Ontiveros finalizó en la primera etapa en el puesto 72 con la Yamaha #79 en su debut dakariano y terminó el día con una mezcla de cansancio y alegría. ‘Estoy moribundo por la tensión pero ya muy contento porque pasamos los nervios del debut. Tuve un problema eléctrico en la moto, originados probablemente por los instrumentos de navegación, pero increíblemente se solucionó solo el problema durante la carrera‘, contó el sanjuanino desde el vivac de San Luis.
‘Al principio no podía concentrarme, pero con el pasar de l tiempo me fui soltando. Quería hacer tranquilo esta etapa e hicimos las cosas como esperábamos‘, evaluó.
En tanto, Sergio Cerdera también padeció con la batería de su Kawasaki #182 y en el final del especial tenía muy desgastada la cubierta de la rueda trasera, pero completó el recorrido, ubicándose en el puesto 86, de su segundo Dakar.
En autos, la mejor actuación del día entre los sanjuaninos también quedó en poder de un debutante, José Luis González. El piloto apoyado por DIARIO DE CUYO arribó con la Hilux #423 en el puesto 100 de la clasificación general, a 1h01m55s del más veloz, el portugués Sousa.
En tanto, Ricardo Martínez comenzó su segundo Dakar con la rotura de una correa cerca del final del especial, que le demandó bastante tiempo poder reemplazar, por lo que llegó a la meta con la Amarok #391 en el puesto 121 de la clasificación general, a 1h33m49s.
Finalmente, los hermanos García también durmieron anoche en el vivac de San Luis, tras haber llegado en el puesto 55 de los camiones, con el Mercedes 1844 #554, a 1h01m.15s, entre los 68 participantes.