Bajo un intenso diluvio y con un final para el infarto, Argentina consiguió ayer un triunfo clave frente a Perú gracias al oportunismo de Palermo, el más pedido por la gente, que sufrió de principio a fin pero se llevó una alegría.

Todo fue una fiesta en el comienzo. Primero el himno grabado de la ídola popular Mercedes Sosa, cantado por todos de pie, y luego la ovación para Maradona con el mítico’ "Olé, Olé, Diego, Diego".

Cuando el equipo no gustaba, la gente empezó a gritar "Palermo, Palermo" ese canto se convirtió en un grito de guerra de todo el estadio.

A los 20′ comenzaron a solicitar a Palermo, pedido que se propagó a todo el estadio merodeando los 35 de la etapa inicial.

En la parte final, los hinchas se desahogaron rápidamente con el gol de Higuaín pero otra vez volvieron los reproches cuando Perú se adueñó de la pelota.

Primero pidieron ‘huevos’ y cuando Perú se perdió el empate por segunda vez comenzaron los insultos para todos, incluído Maradona.

Pero como si fuera una película que tenía que tener un final feliz, en el minuto 47 apareció Palermo, el más pedido por la gente y uno de los más queridos, para desatar la locura. Todos corrían y se abrazaban. Maradona hacía ‘patito’ de pecho al césped y Palermo lloraba.