Desde que terminó la primera rueda del Argentino A el año pasado, desde la dirigencia no se dudó en buscar delanteros para reforzar el equipo. Estaba claro que era una materia pendiente la contundencia del puyutano y anoche volvió a ratificarse ya con Alberto Naveda en el banco e incluso mostrando otro dibujo táctico, como es el actual 3-3-1-3 en vez del 4-4-2 que paraba Darío Tempesta.

El problema no pasó por la falta de generación de jugadas de riesgo, el déficit estuvo en la falta de puntería de los sanjuaninos. El goleador del equipo con cinco tantos, Reinoso, tuvo dos clarísimas: la primera con un cabezazo al palo y la otra en un mano a mano en que ganó el arquero Crivelli, ambas ocasiones en el complemento. En la etapa inicial fue Ceballos quien de zurda casi abre el marcador pero su remate salió apenas desviado. Fue un triplicado de opciones netas que no concretó el equipo y que después pagó demasiado caro. El ingreso de Pérez y el del único refuerzo que debutó anoche, Monesterolo, tampoco cambiaron la ecuación. El penal canjeado por gol por parte de Lamberti resultó apenas un premio consuelo en una noche con la mira torcida.

Lo que se mostró como una marca registrada de Naveda fue la ambición ofensiva. La adaptación al nuevo sistema no terminó siendo traumática. Aunque en defensa fue donde se vieron algunos desacoples en la etapa inicial, sobre todo por el costado izquierdo de Desamparados. Por ahí Seri generó cierto riesgo aunque le faltó la puntada final en cualquiera de los atacantes, Sacripanti o Aranda. Pero cuando en el complemento ya se notaba una última línea del víbora más asentada, justamente llegaron los dos goles tras el corte de luz. De hecho, Talleres es el único equipo que le marcó a este Desamparados un par de goles y lo hizo en los tres juegos que se cruzaron en el Argentino A. Es más, desde que este equipo cordobés está en la categoría nunca el puyutano lo logró superar. Sin dudas se trata de la gran cuenta pendiente que tiene el equipo hasta el momento.