En los entrenamientos de Consorcio no se ven demasiados autos como ocurre en Boca o River. Hay algunos jugadores que se dan el lujo de asistir a las prácticas en vehículos de cuatro ruedas y también en moto, pero están aquellos que prefieren o simplemente se ven obligados, a trasladarse a caballo.
A veces, para ahorrar combustible, prefieren ensillar un caballo y partir rumbo a la cancha situada a 6 kilómetros de Villa Calingasta, pero en otras oportunidades, tienen que ir a entrenar a caballo por los cortes en las rutas que generan las crecidas. Pero no solamente la situación se da en las prácticas, ya que también se repite en los partidos y genera una típica postal de un partido de club de campo.