Fueron tres minutos que parecieron eternos para los chicos. Después de varias horas de espera, una treintena de niños con cáncer, en tratamiento por otras enfermedades o hipoacúsicos lograron reunirse con Messi y las otras figuras de la Selección argentina en un encuentro exclusivo para ellos, en la cava del hotel donde concentra el equipo. La reunión fue gestada por la Secretaría de Deportes y el gobernador Sergio Uñac fue invitado para compartir el momento, que tuvo como protagonistas a chicos integrantes de Fundame (fundación que ayuda a pacientes con cáncer); de Casa Sahni (que asiste a pequeños que están en tratamiento en el Hospital de Niños); y de la escuela José Terry (para niños hipoacúsicos).
Amparo Appiolazo tiene tres años, padece diabetes, llegó por medio de Casa Sahni y a Messi le regaló una carta con dibujitos, a la vez que su mamá escribió que lo invitaba a su casa en Valle Fértil. Juntito a ella estaba Nicolás Agüero, de 6 años y con leucemia, quien no podía creer que estuvo con uno de sus ídolos; algo similar a lo que sentía Ángel González (11), hipoacúsico y quien tenía a su lado al jugador que siempre elige en la Play.
En principio sólo Messi iba a asistir al encuentro. Pero la sorpresa fue tremenda cuando apareció casi todo el plantel, desde el Pipita Higuaín, a Mascherano y Lavezzi. Fue un momento que dejó helados a los chicos que desde hacía un rato estaban sentaditos y esperando.
Mascherano fue quien se sentó primero y entre los chicos, un gesto que imitaron Lavezzi y el Kun Agüero, mientras que Messi y el resto del equipo se acomodaron un paso más atrás. Los niños menos tímidos aprovecharon para sacarse algunas selfies y otros reaccionaron cuando sus padres, quienes estaban detrás de un improvisado vallado, les decían que pidieran autógrafos. Los jugadores se mostraron simpáticos y sonrientes, pero casi no hablaron con los chicos y en los tres minutos que duró la sesión estuvieron silenciosos. El ruido era de fondo y de los papás y allegados, que alentaban a sus chicos o les pedían a los jugadores que se acercaran al sector vallado, lo que no accedieron.
Luego de los flashes, los niños pidieron autógrafos sobre las remeras que les habían entregado y obviamente que Messi fue el más buscado. El resto de los futbolistas aprovechó para retirarse silenciosamente y con una celosa custodia.

