San Martín consiguió concretar una esperanza. Luego de 36 partidos tiene asegurado al menos (y lo más probable) disputar una de las dos Promociones que se disputan entre un equipo de la B Nacional y otro de Primera División. Por lo que ya es la mejor campaña desde que el equipo retornó a la Divisional en 2008, ya que quedó "afuera de la conversación" en las dos temporadas anteriores.
Con el empate sin goles que cosechó ayer ante Almirante Brown de visitante, el equipo de Garnero ya es inalcanzable para Atlético Tucumán, Patronato y Gimnasia de Jujuy, los equipos que tenían una mínima chance matemática, que ayer el Verdinegro se aseguró de eliminar.
Y San Martín alcanzó esta meta ayer, gracias a su labor defensiva, aunque mostró muy pocas ideas en el aspecto ofensivo para conseguir tres puntos que lo llevaran a avivar la llama de la chance de arrebatarle a Unión la segunda plaza de ascenso directo. Con esas dos caras de la moneda es que prácticamente, aunque todavía quedan dos fechas y Unión no puede cantar victoria definitiva, su destino final de esta temporada es jugar esos dos partidos extras que lo pueden depositar en el sueño de todo Concepción, que es volver a la máxima categoría del fútbol argentino.
El rendimiento del Verdinegro no fue mejor que el de las últimas fechas, donde padeció la falta de generación de juego, por lo que sus delanteros prácticamente quedaron aislados en todo momento. Quedó claro que la prioridad era asegurar el cero en el arco propio, para ya tener confirmada la plaza de Promoción, pero a César Monasterio prácticamente lo convirtió en espectador del juego. El local, que también se sentía cómodo con el punto porque suma para el promedio del descenso donde hoy está fuera de peligro, se mostró más ambicioso desde el comienzo. José García fue la manija del equipo y si no lastimó el equipo de Giunta fue por la seguridad que mostró siempre la última línea de San Martín. Justamente un remate de García a los 18 minutos en la puerta del área fue la ocasión más peligrosa de la primera etapa, que no terminó en gol por los reflejos de Pocrnjic, que se tiró muy bien abajo a su izquierda. El único que probó al arco en esos 45 iniciales fue Poggi, pero su tiro se fue elevado.
En la segunda etapa, Almirante apostó a la velocidad de dos ingresos, Mandarino y Melivillo, mientras el Verdinegro seguía sin poder dar dos pases seguidos. Ni siquiera en las pelotas paradas encontró precisión en los centros de Poggi, Drocco o Barreiro, quien había ingresado por el brasileño Roberval. El aurinegro llegó con centros (le anularon un gol correctamente por posición adelantada de Vega) pero entre la defensa y Pocrnjic desactivaron cualquier riesgo. ¿San Martín? Un disparo tras un rebote de Alderete a la media hora que se fue muy lejos es lo más próximo que se puede nombrar como intento de marcar un gol.
San Martín sabe que debe mejorar en este aspecto para cuando llegue "el momento", que será la Promoción. Pero se fue de Isidro Casanova con la certeza que "ese momento" ya es toda una realidad.