El Super Bowl XLVII de fútbol americano, disputado el domingo en Estados Unidos, fue el primero en la historia en sufrir un corte de luz. El partido se retrasó por 35 minutos recién empezado el segundo tiempo, en momentos que los Ravens derrotaban a San Francisco 286. Las luces de emergencia hicieron que el domo se mantuviera parcialmente iluminado, pero todos los servicios cayeron: cajeros automáticos, escaleras mecánicas, tiendas e incluso las oficinas de las autoridades y de la televisión. Aún se investigan las causas de un papelón sin precedentes en el espectáculo deportivo del año más importante para los norteamericanos.

Siguiendo con la tónica del show del entretiempo, esta vez la cantante Beyonce resultó la protagonista. Su actuación fue descollante, e incluyó hubieron elementos como fuego, varias pantallas gigantes, muchos bailarines y una banda formada sólo por mujeres.

El título se lo quedaron finalmente los Ravens por un emocionante 34-29 y su entrenador, John Harbaugh, dijo estar “totalmente devastado” por su hermano Jim, técnico de San Francisco, en un dato sin precedentes en la historia de los Super Bowl. Momentos después de la victoria, reconoció tener un sentimiento de alegría y a la vez tristeza a expensas de su hermano menor. “Es duro, realmente muy duro. Es mucho más duro de lo que pensé que sería”, afirmó John.

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