Fue un partido que tuvo de todo. Menos un final normal. A los 43 minutos del complemento, cuando el puntero Trinidad le ganaba 2 a 0 a Zondina, el árbitro Hugo Tobares tuvo que suspender el encuentro debido a falta de garantías de seguridad, por incidentes producidos entre las hinchadas.

Lo peor comenzó a los 41 minutos, cuando empezaron a llover piedras desde afuera del sector oeste del estadio, donde se encontraban los hincas de Trinidad, según precisaron fuentes oficiales. Los hinchas visitantes, que eran alrededor de 200, respondieron con más piedras. Entonces los hinchas locales, que estaban en la popular norte, también entraron en la agresión. Entre medio de ruidos de balas de goma y de las pedradas, el árbitro Tobares paró el encuentro. Estuvo interrumpido por cuatro minutos. Una vez que la cancha quedó prácticamente vacía, se acercó la policía y le informó al árbitro que no se podía continuar el partido. Aunque no se reportaron heridos, el fútbol estaba liquidado.

En cuanto al encuentro, fue bastante dinámico. El equipo de Pagés se encontró con un Zondina aguerrido en busca de su primera victoria. Pero más allá que el local comenzó jugando, pronto se puso en ventaja la visita.

A los 7 minutos, llegó el gol. El autor fue el máximo artillero del campeonato, Victorio Martiní, que aprovechó a la perfección una habilitación de Guajardo.

La Juve salió herido a empatar. A un remate de Gómez que despejó Lavorante, le siguió otro pelotazo de Carbajal que se estrelló en el palo.

El intento fue bueno. Pero a los 11 llegó el segundo tanto para Trinidad de la mano de Gigena. De ahí en más el juego continuó siendo de ida y vuelta, pero no hubo más novedades en los arcos.

En el complemento, Zondina se fue convirtiendo en el dueño del partido y a los 30 se perdió la gran oportunidad de lograr el descuento, con un penal que ejecutó Maxi Gil, pero la pelota pegó en el travesaño y salió. Lavorante podrá seguir presumiendo que al equipo le convirtieron apenas un gol en 12 encuentros.

Zondina siguió insistiendo y prácticamente encerró a Trinidad en su propio arco. Pero no hubo remontada heorica ni un cómodo triunfo del líder. Fue un triste telón marcado por la violencia.