Hay partidos que cualquier jugador sueña jugar y esta noche, para el plantel de Unión de Villa Krause esa chance estará al alcance de sus pies. Y es que cuando reciban a Quilmes por los 16vos de final de la Copa Argentina, estarán mano a mano con la historia siendo el único equipo de todas las divisiones de Argentina que jugará 9 partidos de esta Copa, que hoy concreta su segunda edición. Pero además, Unión podría meterse en los octavos de final avanzando a una instancia más, donde lo espera el ganador del cruce Atlético Tucumán-Estudiantes de La Plata. Es mucho, demasiado como para decir que es cualquier partido y en el mundo Azul todos lo saben. Y por más diferencias de categorías que haya (Argentino B contra Primera División), nadie les prohibe soñar con meterse en los tramos finales del torneo. Si en definitiva, es simplemente fútbol.

Unión ya demostró que tiene argumentos para pelearle a cualquiera. En su camino quedaron Del Bono, Alianza, Desamparados y San Martín. A todos, los eliminó con absoluta justicia, basado en una enorme convicción en todas sus líneas y la fortaleza anímica de su arquero Rodrigo Tula quien fue figura en las series eliminatorias. En lo futbolístico, el equipo de Víctor Cabello sintió el impacto de tanta competencia y perdió escalones en el Argentino B, fruto de suspensiones y lesiones. Pero hoy tiene plantel completo y Unión presentaría su mejor cara, sabiendo que el esquema de tres en el fondo, cuatro en el medio, enganche y dos puntas no se altera para nada. Alfredo Molina es su otra gran individualidad y de su rendimiento dependen muchas de las opciones que tengan sus puntas. Ante San Martín, Unión mostró concentración total, gran capacidad de entrega y muchas convicciones. Con eso le alcanzó para llegar a los penales y ahí, dejó todo en las enormes manos de Tula. Unión tiene más por ganar, que por perder y mucha historia por escribir. Enfrente está Quilmes pero en el fútbol todo es posible.