No lo soñó. Tampoco lo imaginó. Él, Laureano Rosas, dueño de la 32da edición de la Vuelta Ciclística a la provincia de San Juan, reconoció ayer en el día después de su consagración, que nunca antes se imaginó estar pasando por lo que atraviesa. Quedarse con “La Vuelta” significa tanto para éste bonaerense, que lo compara con los triunfos conseguidos en la clásica “Rutas de América” en Uruguay, y con la Vuelta al Valle de Río Negro, logros obtenidos hace un tiempo y que lo pusieron en el tapete nacional para hoy ser considerado por los especialistas como uno de los mejores ciclistas del país, o por lo menos el más completo.

Ayer, en un hotel de Santa Lucía, este ciclista oriundo de Las Flores, Buenos Aires y representante del Sindicato de Empleados Públicos, recibió a DIARIO DE CUYO para contar a viva voz el día después de cumplir con el objetivo por el que llegó a San Juan.
“No lo podía creer. Ganar la Vuelta a San Juan es una alegría muy grande, porque cumplimos el gran objetivo de esta temporada en la que todavía resta mucho para que finalice. Fue una forma de devolverle a la gente del SEP todo el apoyo que no habían brindado. Y en lo personal estoy más que feliz y satisfecho por haber logrado un título muy importante en mi carrera”, contó Laureano quien todavía en su futuro tiene muchos kilómetros por recorrer y seguramente, muchos triunfos por conseguir.

Laureano, nacido el 23 de agosto de 1990, mostró a la hora de hablar una madurez pocas veces vista para alguien que cuenta 23 años de edad y quien a esta altura ya ha sumado triunfos importantes en la disciplina. Corrió en el exterior, vistió los colores de la Selección Argentina y se dio el lujo de ganar una clásica en el calendario uruguayo como las “Rutas de América” y otra carrera dura si las hay como la “Vuelta al Valle” de Río Negro. Por eso, el mismo protagonista sostuvo que nunca antes pensó lo que le tendría preparado el destino. “He tenido logros muy importantes en una corta edad que por ahí cuesta darse cuenta la inmensidad de lo que realmente es. Después, de a poco vas entendiendo que lograste cosas muy importantes. Nunca imaginé a esta edad ganar esta Vuelta”, señaló, sincerándose.

Nacido en una ciudad con aproximadamente 27 mil habitantes, Laureano se subió a una bicicleta cuando cumplió los 14 años incentivado por sus amigos del barrio. “Ellos ya corrían y un día me invitaron a que corriera pero no tenía bicicleta. Me armaron una y empecé”, recordó Laureano quien con mucha voluntad y dedicación siguió por el camino del ciclismo y lamentó que sus amigos no lo hicieran. “Siempre les agradezco a mis amigos. Ellos me metieron en este mundo del ciclismo”, comentó el campeón quien recuerda como si fuese ayer el día de su debut. “Fue en una carrera para debutantes y juveniles en el autódromo de mi ciudad. Me bajé en la última vuelta faltando cinco kilómetros. Pero para ser mi primera vez estuve muy bien”, reconoció con una sonrisa reflejando el momento donde rompió el hielo arriba de la bici hace casi una década.

Claro que antes de que el ciclismo llegara a su vida, Laureano vivió una niñez tranquila, practicando algunos deportes como atletismo y fútbol en el Club Juventud Deportiva, de Las Flores. “Nunca me imaginé que llegaría a ser ciclista. Suerte que me di cuenta a tiempo”, afirmó quien se definió travieso en su infancia y algo “dejado” en cuanto a los estudios. Es que con tanto profesionalismo tomó al ciclismo que debió finalizar sus estudios en un bachillerato para adultos. “Sé que no toda la vida voy a ser ciclista. Por eso quería terminar y lo hice”, analizó el héroe del domingo quien sueña con meterse en el corazón de los sanjuaninos. Un público especial para él, por la manera de vivir el ciclismo. “Me emocionó lo de ayer (por el domingo). Ver tanto apoyo. He corrido en muchos lugares pero lo que dicen todos es verdad: San Juan vive el ciclismo como en ningún otro lugar.

Cómo se brinda la gente es espectacular”, aseveró.
Así es Laureano Rosas. Maduro. Transparente. Sencillo. Con una frialdad envidiable a la hora de analizar. Por ahora disfruta, sabe que su momento de gloria ya le llegó. Sabe bien que su nombre quedó en la historia de una carrera que todos quieren ganar.