En mayo de 2008, cuando se aprestaba a correr el tercer Giro de Italia de su cuenta personal, el resultado no negativo por estanozolol, producto de la consumición de un complejo vitamínico, un aminoácido, en mal estado, lo sacó del juego grande. Aunque en la Argentina se lo absolvió, tuvo que purgar una sanción de dos años. El mundo se le vino encima con sólo 25 años, luego de haber hecho cinco “top ten” en las ediciones de la “Corsa Rosa” de 2006 y 2007.

“Fue un golpe muy duro, estaba listo para madurar y ese era el año en el que tenía que ganar etapas con mi equipo el CSF Navigare”, contó ayer Maximiliano Richeze, quien estuvo en San Juan porque fue padrino de Olivia, hija de su hermano menor, Adrián y de Sofía Fernández Aguilera, hija de Ernesto y hermana de Emiliano Fernández.

Maximiliano, que en 2007 fue declarado ganador de dos etapas del Giro, la 18va y 21ra, en las que había sido escolta de Alessandro Petacchi, se quedó varado, sin equipo y con las ilusiones destrozadas. Su familia y amigos lo contuvieron y poco a poco recuperó el ánimo y los sueños.

Bajó del cielo al infierno, tuvo que conformarse con correr competencias en el país. Los sanjuaninos tuvimos la suerte de disfrutarlo en varias competencias locales. El año pasado cuando cumplió la sanción se incorporó al equipo Continental italiano (tercera categoría mundial) D’Angelo -Antenucci/Nippo, con el que ganó una etapa del Tour de Kumano (Japón) y tres del Tour de Eslovaquia. Su camino por el Purgatorio empezó bien y este año, en el que dividió su campaña deportiva entre la Selección Nacional y el Team Nippo, logró abrir de nuevo las puertas del Cielo. La medalla de oro en el Panamericano de Ruta corrido en Mar del Plata, y victorias Japón, Serbia y Venezuela, fueron claves para que la media docena de directores deportivos del equipo Lampre lo incorporaran para la próxima temporada.

“Sí, es una revancha. Una revancha personal, para demostrarme y demostrarle a la gente del ciclismo que estoy en condiciones de correr entre los mejores”, afirma con gran decisión este muchacho que aparte de la pasión que siente por el ciclismo es fanático del boxeo y amigo de Diego Chavez, campeón mundial interino welter de la AMB. “Es de mi pueblo, entrenamos en el mismo gimnasio”, contó, quien ayer se permitió un descanso y pasó su sesión de entrenamiento para la tarde. “Antes de volver a Italia, correré alguna carrera en San Juan, para despedirme”, confió.