Hijo de ferroviarios, integrante de una más de aquellas familias numerosas (8 hermanos) que eran marca registrada en la Argentina de la década del 30, Amado Simón Morales siempre supo que en el atletismo estaba el secreto de saber vivir. Hoy, cuando sople las 90 velitas de una vida marcada por el deporte, Don Morales terminará enseñando una vez más.

Ganador de varias pruebas de medio fondo y de fondo, como los ya desaparecidos Maratones Eva Perón y la Gobernador Godoy que se corrieron en la década del 50, Amado Morales marcó, sin saberlo, el camino para los que luego vendrían como Jesús Morales, Martha Orellana y más acá, Viviana Chávez.

Bisnieto. Don Morales y Joaco.

Nacido en la Villa Del Carril, como buen hijo de un papá ferroviario, Morales empezó temprano en el deporte y abrazó el atletismo pero, claro, también tenía que trabajar y llegó el ingreso a Ferrocarriles Argentinos. Duró menos de lo que necesitaba porque los avatares políticos lo dejaron sin trabajo y apareció el oficio del arreglo de zapatos para siempre. Así, con el sacrificio de un maratón, todos los días Morales fue y volvió desde su Villa Del Carril al taller de Desamparados. Bicicleta siempre, deporte siempre y cuando se podía volver a correr en las calles. Se casó para toda la vida y hace apenas 5 años atrás, lo dejó su compañera pero quedaron los retoños: 4 hijos. Tres que hoy compartirán sus nueve décadas junto a los 11 nietos y los 3 bisnietos que le terminó regalando una vida sencilla, simple y sin misterios. Amado Simón Morales marcó un momento del atletismo sanjuanino. Las Cuatro Avenidas, la Eva Perón, la Gobernador Godoy, los campeonatos Cuyanos lo vieron como protagonista y hoy en el reposo de los que supieron vivir, Don Morales completa la carrera más trascendente de todas: sus nueve décadas.