Sobre el tatami (superficie donde se desarrollan las luchas) del estadio panamericano brilló ayer esa gigante de 1,50 mts de altura y sólo 48 kilos de peso que es la judoca argentina Paula Pareto. La deportista que en los pasados Juegos Olímpicos de Beijing logró la medalla de bronce, la misma que en los Panamericanos de Río había ganado, también el bronce, consiguió ayer la vigésima medalla de oro para el país en los Juegos que culminarán hoy en Guadalajara, México.

La “Peque” resistió y dominó a todas sus rivales. Pero fue doblegada en el esfuerzo por contener la emoción durante el himno nacional argentino: Paula Pareto no pudo contener las lágrimas cuando vio la bandera celeste y blanca en lo más alto. No era para menos, en su pecho colgaba la medalla dorada.
La judoca platense impuso toda su categoría olímpica para derrotar a la cubana Dayaris Mestre por ippon, el equivalente al nocaut en el boxeo y conseguir así su objetivo.

‘Fue una linda lucha, salió como lo habíamos planeado porque es muy fuerte ella‘, dijo Pareto a la prensa sobre el combate con Mestre. ‘La idea es buscar siempre más, aunque estés ganando o perdiendo, es la única forma de ganar un título‘, completó.