La exhibición que dio el seleccionado argentino en la goleada ante Ecuador por 4-0 tuvo su fundamento en el buen rendimiento de los actores de reparto, que fueron vitales para que brillara Lionel Messi, el gran protagonista. El vértigo propuesto por Argentina fue compatible con la forma de jugar de Messi, de ese Messi que hace deleitar a los fanáticos del Barcelona y del buen juego cada fin de semana, y así se llegó a gestar un funcionamiento ofensivo impecable, como hacía bastante que no se le veía al seleccionado.
Argentina, único puntero de las Eliminatorias Sudamericanas con 10 puntos, jugó sus mejores encuentros oficiales rumbo a Brasil 2014 cuando apostó por el ataque. En el debut ante Chile, el 7 de octubre de 2011 en Buenos Aires, goleó por 4 a 1; en la cuarta jornada frente a Colombia, el 15 de noviembre de 2011 en Barranquilla, ganó por 2 a 1; y contra Ecuador, en la despedida -al menos hasta el 2013- del estadio Monumental, venció por 4 a 0.
Además, la victoria del conjunto albiceleste ante Ecuador, más allá de la tibieza del rival, nunca corrió riesgo y siempre que aceleró estuvo a punto de convertir. El equipo de Alejandro Sabella comenzó a ganar el partido desde la convicción y actitud de sus hombres, presionando bien arriba y molestando permanentemente al adversario. Delante de Javier Mascherano y Fernando Gago, Sabella dejó libre a Messi para que el rosarino llegara al área de enfrente y pudiera apilar rivales con sus arranques electrizantes. Angel Di María se movió por la izquierda, pero, al igual que juega en el Real Madrid, tuvo libertades para romper por las demás zonas de ataque y llegar por sorpresa, tal como sucedió en la asistencia que le ofreció a Sergio Agüero en el primer grito del elenco de la AFA. El ex jugador de Rosario Central fue el socio de la descarga de Messi y jugó en su misma sintonía y en el mismo nivel de velocidad, como lo hace en el cuadro ‘Merengue‘ cuando tiene que tirar paredes con el portugués Cristiano Ronaldo.
Arriba, la movilidad de Gonzalo Higuaín y de Agüero fue decisiva para que los rivales ecuatorianos no encontraran un lugar físico estático para esperar a los argentinos y de esa manera se produjeron los espacios. El constante compromiso de los hombres ofensivos argentinos hizo que Messi se luciera en su máxima nivel, con brillantes apariciones para asistir a sus compañeros o para terminar él mismo las jugadas. Tiene tiempo para hacerlo, es cuestión de trabajo y compromiso, pero por lo pronto la señal que dio el equipo hacia Brasil 2014 fue altamente positiva.

