La carrera fue en San Juan, pero lo ocurrido repercutió en todo el país. La secuencia de fotos, publicada ayer por DIARIO DE CUYO, sobre el incidente en el que Laureano Rosas cayó y debió abandonar la prueba por un toque con Ricardo Escuela, fue el tema del día en las redes sociales, especialmente en Facebook.

En los medios sanjuaninos, radiales y televisivos se habló, largo y tendido, sobre el tema. En algunos audiovisuales se mostraron las escenas, aunque no se citó el crédito de las mismas.
Los protagonistas hicieron ‘silenzio stampa’.

Sus teléfonos celulares no fueron atendidos ante la requisitoria periodística de este medio que tenía como fin conocer sus opiniones en frío. Posiblemente, habría sido una gran oportunidad para pedir disculpas de quien a entender de la mayoría, incluido este cronista, no respetó la línea del embalaje (Escuela). Y para conocer de propia boca del afectado (Rosas), su estado de salud.

Lo cierto es que los comentarios se dispersaron como fuegos artificiales. Hasta incluso el pedalero Juan Pablo Dotti le dio aliento a Rosas para que se mejore y compitan en la próxima edición de la Vuelta a San Juan.

Los de gente que analizó el hecho con altura y otros que aprovecharon para sacarse ‘entripados’ con el ciclismo sanjuanino. Incluso Rosas en la noche del domingo posteó en su perfil de Facebook: “Simplemente pensemos que hacemos un deporte, esto no es una batalla campal para lastimar a cualquier corredor.

Disfruten del deporte que practican si en verdad les gusta como dicen. Sin rencor con nadie pero no voy a dejar que me lastimen sólo por una carrera, abrazo”.