Fueron en total poco menos de tres horas donde se mezcló de todo, tal cual ocurre en esta clase de sucesos. Desde los primeros que se apostaron en las cercanías del Estadio, cerca de las 16, para así ser testigos privilegiados de este suceso histórico. En los alrededores del estadio del Bicentenario se pudo comprar desde las camisetas y banderas de la Selección argentina a 20 pesos en oferta e incluso empanadas a solo un peso. No faltaron los cuidacoches que se hicieron sus buenos dividendos a 10 pesos por automóvil. Claro que no todo estuvo a pleno, pues una particularidad es que por la tarde dos de los hoteles alojamientos de la zona cerraron sus puertas de forma transitoria.
Adentro del Estadio, cerca de las 20, ya se encontraba colmado. Con la gente levantándose para ir entrenando en calor de acuerdo a los temas musicales que se ponían. Sin dudas "La bomba" de Gustavo Cordera fue el hit que más se festejó, seguido de cerca por "Los piratas", de Los Auténticos Decadentes. En la cabecera norte se hicieron sentir un grupo de hinchas de Unión gracias a sus bombos y redoblantes, y en más de una ocasión contagiaron al resto con el clásico "vamos, vamos, Argentina".
De este hecho histórico todos quisieron quedarse con un recuerdo. Fue así como la terna arbitral chilena decidió sacarse unas cuantas fotos a la hora de hacer el reconocimiento del campo de juego y por eso se fueron hasta el arco del sector norte para cumplir su cometido. A las 20.26, cuando el sacerdote Miguel González hizo la bendición de las flamantes instalaciones, quedó de lado la vigilia y se dio el paso al show y posteriormente el partido, en un día imposible de olvidar para todos.