El mal estado de la cancha de San Martín fue el foco de diferentes críticas en el estreno ante Tigre, algunas de ellas por parte de la televisión, e incluso en la previa del partido de hoy contra Lanús. Pero el aspecto amarillo y la arena que se levanta en algunas ocasiones cuando los futbolistas rematan no se modificará hasta mediados del próximo mes. Sucede que para ese tiempo la chipica que se colocó comenzará a salir nuevamente, una vez pasados los fríos más intensos. De esa forma no sólo cambiará el aspecto amarillento del césped, sino que también la arena quedará debajo de la chipica al irse entrelazando y creciendo paulatinamente.

En la previa al torneo, Garnero había mostrado su preocupación por el estado del campo de juego. Pero San Martín no pudo ‘parar‘ la cancha durante un par de meses como es lo ideal para que esté en condiciones óptimas. La época del año y la abundante utilización de la cancha conspiraron contra el césped. En una semana, el promedio de veces que se utiliza el campo del Hilario Sánchez ronda las siete ocasiones. La mayoría con los entrenamientos del plantel profesional, y en otras con los juegos de inferiores de AFA, que se dan en la mañana de los sábados durante poco menos de seis horas. A eso hay que sumarle que la Primera local también juega ahí.

Pensando en esto es que el presidente, Jorge Miadosqui, hizo un llamado público a quien desee vender un predio por donde pasen líneas de colectivos y así dejar ‘descansar‘ al Hilario Sánchez, una idea que viene desde hace varios años.

En otros clubes de Primera el estadio principal es sólo utilizado para los partidos o la práctica de fútbol. Así es el caso de Boca que entrena en el complejo de Casa Amarilla y utiliza la Bombonera como máximo dos veces a la semana.