En la imagen del final pueden haber quedado los brazos en alto de Maradona. O que el capitán Palermo muestre la copa que estaba en juego ante los tibios jamaiquinos. Pero en lo estrictamente futbolístico salió una pálida imagen del seleccionado argentino de fútbol conformado por jugadores que están en el medio local y que buscan un lugar en el vagón de cola del tren argentino que viajará al Mundial de Sudáfrica. Fue victoria de 2-1 de la Argentina sobre Jamaica en Mar del Plata. En un amistoso que mañana mismo ya no lo recordará nadie. Y seguro que para el técnico argentino tampoco le tiene que haber venido bien para balancear posibilidades de los que jugaron. Sólo la apareción goleadora de uno que hasta ya podría tener un lugar para jugar el Mundial: Palermo.

El primer tiempo largó bien pero terminó siendo un fiasco. Es que al minuto nomás falló el arquero jamaiquino y Galeano se perdió el gol. Pero después, hasta el primer cuarto de hora, el juego entró en una intrascendencia general. La Argentina tuvo más la pelota pero no supo administrarla para llegar con peligro. Jamaica se defendió y, cuando pudo, contragolpeó. Como a los 13′ cuando forzó un corner que tuvo al arquero Ibañez en peligro.

La Albiceleste recién llegó con peligro a los 19′, cuando Jara cruzó un centro que Palermo no pudo conectar entrando al área chica del arco rival. Las subidas de los laterales Monzón y Mercado incidieron para que Argentina gane en profundidad, aunque no se mostraba fino en la definición.

Recién a los 34′ se dio una jugada de peligro, claro que en favor de los visitantes. Es que Echeverría -el más activo en defender en el seleccionado argentino- no pudo contener al grandote Johnson, que se fue en velocidad. Cuando el jamaiquino preparaba el tiro fue bajado, en el área, por Galeano. Clarísimo penal que el árbitro peruano no cobró. El primer tiempo se fue con el silencio del público y la inoperancia del equipo de Maradona. Es que atacó, pero careció de ideas y, para colmo, fue invadido por la imprecisiones.

El complemento largó con una sorpresa monumental. Pasado el primer minuto, el grandote Johnson hizo lo que quiso al borde del área grande entre la pasividad de los defensores argentinos Galeano y Mercado. El moreno cabeceó bombeado un centro que cayó desde la derecha y contó con la mirada increíblemente sin reacción del arquero argentino para abrir el marcador. Jamaica 1-0. En las tribunas, sólo miradas de asombro.

Maradona ensayó cambios. Ya había entrado Hauche y después lo hicieron Gaitán y Méndez. Siempre buscando mayor peso ofensivo en el seleccionado local. Tuvo chances pero careció de la puntada final. El que más cerca estuvo fue Insúa, pero el arquero Miller reaccionó bárbaro en una y contuvo la otra. Sobre la media hora de la segunda etapa, la impotencia argentina empezó a movilizar los nervios. Hasta el propio Palermo se mostró con cierto disgusto. El delantero de Boca tuvo una a los 33′, pero no pudo conectar de lleno el cabezazo.

Pero 4′ después llegó la hora del Titán. Tras un centro frontal, Palermo cabeceó cerca del area grande y marcó el empate. Al menos eso sirvió para calmar los nervios. Los que terminaron convirtiéndose en alegría en el alargue cuando Canuto clavó el segundo -y el del triunfo- después de aprovechar por dos veces una pelota que quedó en el área visitante tras un error del arquero. Fue victoria, pero rápidamente olvidable.