Tener afuera, por lesiones y suspensiones, a más de la mitad de los titulares no es poca cosa, sea el plantel que sea. Y eso esta sufriendo este Unión al que avanzar en los dos frentes le pasó la factura porque el doble desgaste Copa Argentina y Argentino B lo diezmaron y ayer, tuvo que apelar a su enorme mística para salir ganador ante el muy buen equipo de Sarmiento de Leones, que lo complicó y demasiado. Pero para el Azul, por fin salió el sol el este Argentino B porque ganó por 3-1 y festejó como local después de dos jornadas sin haber conseguido ese objetivo. Era clave que ganara y Unión lo logró. Que le costó, que nunca estuvo cómodo, que su arquero Tula lo sostuvo cuando más mal lo pasaba, son datos más que ciertos pero el valor de un triunfo cuajado en la adversidad por las lesiones y suspensiones, no hace otra cosa que fortalecer un plantel que está para dar pelea en todos lados.
En el comienzo, la sorpresa fue Sarmiento que le metió presión, apuró por momentos y obligó a Tula a dos tapadas sensacionales ante Linares. Esos llamados de atención se convirtieron en euforia cuando a los 20’ Mariano Nuñez cabeceó al gol un tiro libre de su compadre, Alfredo Molina. En el peor momento, Unión sacó ventaja pero no la pudo aguantar demasiado porque a los 30’ un pelotazo cruzado de derecha a izquierda desacomodó a todos en la defensa Azul y el goleador Linares primereó para poner el empate. Un golpe bien pesado para Unión.
En el complemento, se acomodaron mejor las cosas con Matías Morales jugando por el centro del campo. Unión ya fue más prolijo, manejó mejor la pelota y a los 9’ sacó ventajas con una aparición de Jorge Carrizo para poner el 2-1. Intentó salir Sarmiento, apostó al ataque y fue Tula el que sostuvo la ventaja sanjuanina. Hasta que a los 40’ el Luto Molina cerró el partido con una gran contra que armó Morales, siguió en Nuñez y termino en su remate al gol. Como para recuperar la sonrisa.