El técnico argentino tiene por deseo toparse con España en la final pero para eso sabe que tienen que ganarle hoy a Francia, "que es un equipazo", dijo.

El 1 de septiembre de 2006, Argentina perdió en una de las semifinales del Mundial ante España por 75-74. Aquel intento de triple fallado por "Chapu" Nocioni quedó instalado para siempre en la memoria colectiva. Era la primera Copa del Mundo en la que Sergio Hernández dirigía al seleccionado argentino y se quedaba en las puertas de la final. Los españoles, dos días después serían campeones.

Trece años después Oveja vuelve a las semifinales de un Mundial, en el tercero que está al frente del seleccionado argentino. "Cuando estás en el lío ni lo pensás, ni te das cuenta, como yo no me di cuenta en Japón de que habíamos jugado una semifinal. Estás metido en la vorágine".

Francia viene de dejar en el camino a Estados Unidos y, al igual que Argentina, llega con el ánimo en alza. Hernández entregó su radiografía de los franceses: "Es un equipazo. Tiene poder en todas sus líneas. Un gran juego perimetral y también interior. Es un equipo con muy buena defensa, muy inteligente y que mantiene al mismo entrenador hace muchos años. Sabemos que es un rival top, pero hasta ahora hemos sido pocas veces favoritos así que ya estamos acostumbrados".

Con la idea de no conformarse con lo ya conseguido, el entrenador argentino cerró la práctica con un mensaje bien claro hacia sus jugadores: "Vamos por la final del mundo".