Vélez y Boca quedaron hipnotizados por el efecto Mauro Zárate. Tardaron en reaccionar y, pese al sprint final del Fortín, cuando lo pudo ganar sobre el cierre, empataron 0 a 0 en el encuentro de ida por los cuartos de final de la Copa de la Superliga. Finalmente, el morbo por el regreso del exídolo al Amalfitani se devoró el juego y el entorno que se creó atentó contra las ideas. La serie está abierta para la revancha del próximo jueves en la Bombonera.

No lo recibieron bien a Zárate, como se preveía. "El que no salta es un traidor o Vos sos hincha de Boca la p...", fueron algunos de los gritos del público local en contra el exídolo. El mensaje fue violento de a ratos y luego, con el correr de los minutos fue aminorando la presión. Lejos de responder o hacer algún tipo de seña, Zárate se mantuvo calmo, tan calmo que casi no participó del juego.

Vélez fue más que Boca, que mostró una imagen muy discreta. El Fortín propuso y con poco complicó al Xeneize, que tuvo en Andrada a su figura. Zárate, que completó los noventa minutos, no tuvo jugadas de riesgo y el travesaño salvó a Boca en dos ocasiones sobre el final del partido.

Mauro Zárate se fue en julio del año pasado a Boca cuando tenía todo arreglado para renovar con el elenco de Liniers. Meses antes, en enero de 2018, había manifestado públicamente que nunca jugaría, en la Argentina, en otro club que no fuera Vélez. Por eso, los hinchas del Fortín se sintieron "traicionados". De allí el encono con el futbolista surgido de las inferiores del equipo velezano.

El próximo jueves, a las 21.10, se jugará la revancha en la Bombonera.