Buenos Aires, 15 de febrero.- En lo que fue su estreno en la actual edición de la Copa Libertadores, la obsesión del cuadro de Liniers en el primer semestre del año, Vélez derrotó sin despeinarse por 3 a 0 al Caracas. Los goles fueron obra de Maximiliano Moralez, David Ramírez y Juan Manuel Martínez, de penal.

Pese al abultado resultado, los dirigidos por Ricardo Gareca no brillaron y tampoco desplegaron el fútbol vistoso que suelen mostrar en cada presentación. Esta vez, con destellos de sus mejores individualidades y maniobras dignas de jugadores de jerarquía, se impusieron sin complicaciones sobre el elenco caribeño, que visitó Buenos Aires solamente para defenderse.

Cuando se jugaban los primeros minutos del encuentro, se produjeron situaciones que cambiaron el desarrollo del cotejo. Primero, Guillermo Franco cayó al piso con todo su peso encima y se lesionó, por lo que debutó el juvenil Maximiliano Giusti. El combinado local careció de profundidad, al delantero de las inferiores se lo notó desconectado y los tantos llegaron por remates a distancia. Además, a los 11 minutos fue expulsado Angelo Peña por un manotazo que se resolvía con una simple amarilla. El juez se equivocó e hipotecó más aún las chances de los visitantes.

Vélez ganó bien y tuvo como figura a Moralez, el eje del juego y de la creación de los ataques peligrosos. Abrió el marcador cuando estaba difícil penetrar el cerrojo defensivo del rival y además forzó la expulsión de Peña.