Con una estupenda labor de Alejandro Domínguez, el mejor jugador de la cancha, los goles de Fernando Cavenaghi y las limitaciones de un rival que se quebró después del primer gol, River Plate superó cómodamente a Brown de Madryn por 4-1 y alcanzó a Instituto de Córdoba en el primer lugar de la tabla de posiciones.

Más allá de la lógica alegría por la recuperación tras el duro golpe que significó perder en el Monumental ante Atlético Tucumán, el entrenador de los millonarios, Matías Almeyda, deberá registrar con vistas al futuro algunas falencias defensivas que Brown puso en evidencia durante los primeros 30 minutos del encuentro.

Tras cumplir su trabajo, cuerpo técnico y jugadores de River observarán, con ojos interesados, las acciones del partido que sostendrán este domingo Almirante Brown e Instituto, ya que una victoria del equipo de Isidro Casanova dejará la cima de las posiciones tal como quedó este sábado. El partido entre Brown y River, como tal, duró apenas 33 minutos. Durante ese lapso el planteo defensivo ideado por Dalcio Giovagnoli le complicó las tarea a los dirigidos por Almeyda, ya que nunca encontraron espacios y tiempo para armar juego. La única excepción a eso fue el Chori Domínguez, quien siempre trató de jugar la pelota al piso y juntarse con Cavenaghi, algo que consiguió de a ratos, pero lejos del arco de Sebastián Pereyra. Por supuesto, muy poco para un River que necesitaba ganar. Del otro lado tampoco había mucho.

Brown sabía defender, pero no sabía atacar. A pesar de eso, le creó problemas a River con algo tan básico como los centros, especialmente los que caían desde la derecha, que siempre le crearon problemas a Alexis Ferrero y Jonatan Maidana. Pero llegó el minuto 34. Domínguez ejecutó un tiro libre desde la izquierda al primer palo, los defensores de Brown se quedaron pegados al piso y Lucas Ocampo, elevándose con comodidad, cabeceó para enviar la pelota al fondo de la red. Ahí se desmoronó todo y para colmo de males, a los 17 segundos del complemento River encontró el segundo. Ocampos trató de enviar un centro, la pelota rebotó en un defensor, Ocampos cabeceó al medio del área donde Domínguez tuvo el tiempo y la tranquilidad para batir a Pereyra. Y hablando de Pereyra, el arquero hizo lo suyo a los 12, cuando regaló el tercero. Domínguez, que por ese momento abusaba del individualismo, sacó un tirito bajo, Pereyra rechazó mal y se la puso en los pies a Cavenaghi, quien, de frente al arco, sólo tuvo que empujar la pelota. El cuarto, obra de Cavenaghi (es el nuevo goleador del torneo con 12 tantos), y el descuento de Gastón Bottino, de penal, producto de una inexistente infracción, a los 43, sólo sirvieron para ampliar la estadística, de un partido que ya estaba liquidado desde hacía una hora. River llegó a Madryn, necesitado, y allí, además de los tres puntos, se reencontró con el buen rendimiento del Chori Domínguez, la puntería de Cavenaghi y la buena tarea en la mitad de la cancha de Ezequiel Cirigliano, Martín Aguirre y el uruguayo Carlos Sánchez, pero igual deberá estar atento cuando el rival sea un poco más duro que Brown de Madryn.