Dos caras. Verstappen festeja y Leclerc no oculta su bronca en el podio de Austria. Los jóvenes refrescaron una aburrida F1.


En una emocionante batalla entre dos jóvenes de apenas 21 años, el piloto de Red Bull, Max Verstappen, ganó ayer el Gran Premio de Austria por sobre el corredor de Ferrari, Charles Leclerc, para terminar además con la racha de éxitos de la escudería Mercedes.

La victoria del holandés, confirmada por los comisarios unas tres horas después del término de la carrera, marcó su segundo triunfo consecutivo en Spielberg. 

Verstappen tomó el liderazgo de la prueba a falta de dos vueltas para el término, cuando superó a Leclerc -quien había ganado la "pole"- en un duelo en que los dos pilotos llegaron a chocar las ruedas en una cerrada y empinada curva. 

Cruzó la meta, aclamado por miles de aficionados holandeses vestidos de naranja en el circuito de propiedad de Red Bull, 2,7 segundos por delante del monegasco, pero los comisarios convocaron a ambos pilotos para una investigación debido a la maniobra en que se toparon. 

La decisión, después de revisar los videos, fue no tomar ninguna otra medida y confirmar las posiciones finales, lo que además marcó el 1-2 más joven en la historia de la Fórmula 1. 

Valtteri Bottas terminó tercero para Mercedes y su compañero de equipo y líder del campeonato, Lewis Hamilton, fue quinto. El británico, ganador de las cuatro carreras previas se mantiene con 31 puntos por sobre el finlandés Bottas en la clasificación general, tras nueve de las 21 competencias del año. 

La victoria también fue la primera para un vehículo con motor Honda desde que el británico Jenson Button ganó en Hungría en 2006 para el propio equipo del fabricante japonés y un antídoto bienvenido tras el aburrido Gran Premio de Francia de la semana pasada.