El próximo domingo, cuando empiece 2017 y se dispute una edición más de la Doble Difunta Correa, retornará a las rutas quien dominó el primer lustro del siglo XXI, Oscar Alberto Villalobo. El zondino liderará una escuadra que representará a su fundación, Hijo del Viento, y estará compuesta por mayoría de jóvenes de su departamento.
Enfundado en una malla azul, color que eligió personalmente para vestir a su equipo, volverá a captar la atención del público ciclista que le agradece eternamente las alegrías disfrutadas con sus victorias.
Este Villalobo, que el pasado 3 de junio cumplió 37 años, vuelve porque es un ’pedalista de raza’, tal cual lo definió el más grande ciclista nacido en Argentina, Juan Esteban Curuchet en el mes de septiembre de 2012, cuando luego de haber estado inactivo casi una temporada y media, clasificó a la final de la persecución individual venciendo a corredores, una decena de años más jóvenes, que venían de estar concentrados en Europa y cobraban becas de la Secretaría de Deportes de la Nación.
El gran Juan Curuchet les dio un fuerte tirón de orejas y conminó a Mauro Agostini a que demostrara por qué el seleccionador nacional lo había elegido.
El resultado fue el lógico: el pibe de Rafaela venció al sanjuanino en 9 giros. Pero después de esa corrida, cuando este cronista le consultó a Curuchet qué pensaba
de ese renacimiento de Villalobo.
La respuesta fue tan clara como contundente y elogiosa. ’Oscar es un ciclista de raza, que por sus compromisos políticos no pudo dedicarse a entrenar como debía. Pero no tengas dudas. Le sobra calidad y cuando se prepare dos o tres meses será muy competitivo y podrá ganarle a muchos pibes más jóvenes que él, como lo hizo ahora’. ’Más claro, echale penca’, decían las abuelas.
El último equipo de Villalobo fue el de la Agrupación Virgen de Fátima, donde su director Carlos Gómez pretendía que el ídolo se retirara. La última carrera de ruta corrida por el pedalista zondino, actualmente funcionario de la Secretaría de Deportes, fue en marzo de 2015.
Después de un parate de una temporada y media, ’El Negro’, como le dice Ernesto ’Pollito’ Fernández, técnico de los seleccionados sanjuaninos, decidió volver porque entiende que puede, aún, devolverle al ciclismo mucho de lo que le recibió. ’Me gustaría dejar mi huella compartiendo mis experiencias con los nuevos ciclistas de Zonda’, contó en la mesa compartida cuando realizó su votación para la elección del Deportista del Año 2016 de DIARIO DE CUYO.
Doble ganador de la Vuelta de San Juan (ver cuadro con sus triunfos), de varias clásicas y campeonatos argentinos de pista en elite y de ruta en sub-23, ante la disyuntiva de irse por la puerta de atrás en silencio o hacerlo por la puerta grande, con alguna victoria que él sabe puede lograr, decidió hacerlo como lo hacen los guerreros, dando pelea.
El idilio de Villalobo con el público comenzó cuando de muy pibe consiguió triunfos importantes, siendo uno de ellos el título panamericano en vueltas a los puntos en el torneo de pista realizado en Venezuela cuando tenía, sólo, 18 años. Sus triunfos en carreras clásicas, también siendo bisoño en edad influyeron para que se metiera en el corazón de la gente.
Pero si algo lo elevó definitivamente al pedestal que sólo los grandes consiguen fue haberle devuelto dos cosas a San Juan: un triunfo de un sanjuanino en la Vuelta (ganó dos ediciones en 2003 y 2004) luego de seis años de triunfos foráneos y conseguir una medalla de oro en los nacionales de pista, en el Argentino desarrollado en Mar del Plata 2004, cortando una sequía de 29 años sin victorias.
La última alegría había sido el título en el Kilometro que Amador Giménez había conseguido en el torneo desarrollado en San Juan en 1975.
’Mi objetivo es sumar kilómetros en la ruta, hacer lo que resta de la temporada para ponerme a punto para la pista.
El nuevo equipo
5 A la casaca de la Fundación Hijo del Viento la defenderán, aparte de Oscar, otros cinco ciclistas: Julio Cortez, Brian Flores, Sergio Aguirre, Matías Recabarren y Gustavo Urisa.
Allí es donde creo que podré darle a San Juan algunas alegrías’, explicó, quien el domingo cuando se levante volverá a sentir el cosquilleo en el estomago, ese que desaparecerá cuando se baje la bandera verde en 9 de Julio y, dentro de un pelotón con muchos ’gallos jóvenes’ intentará sobrevivir al calor y al ritmo endemoniado.
Si de algo podemos estar seguros, usted y yo amigo lector, es que en la plaza nuevejulina, donde haya una marea de gente, en el medio estará él.
’El único ciclista que se saca los guantes para saludarte’, como reconoció Néstor Dávila comisario deportivo en actividad, destacando su educación.
Una frase del siempre recordado Emanuel Saldaño en la Vuelta de 2014, la última que corrieron ambos pinta de cuerpo entero al crack zondino.
En la pista
La ductilidad de Villalobo le permitió lograr importantes títulos en pista. En 1997, con 18 años fue campeón panamericano elite de vueltas a los puntos en Venezuela. En 1999 fue subcampeón sudamericano. En 2004 logró el título argentino de vueltas puntuables. En la pista logró, también, otras cuatro medallas doradas con los equipos de persecución en los años 2004, 05, 08 y 10.
El ‘Chino’ estaba firmando la planilla y miraba con admiración como la gente lo seguía a Oscar. ‘Mirá -dijo- no gana nada y sin embargo, lo acompaña una multitud. Eso lo hace distinto. Es un ídolo.
Es único’, afirmó quien heredó el testimonio y se convirtió en la figura popular más querida del publico sanjuanino después del zondino.
Vuelve Villalobo. No está para ganar. Pero a quien le importa. El ciclismo está de fiesta. Y el domingo como nunca calzará mejor la frase aquella de ’Año nuevo, vida nueva’. Esa vida que eligió sufrir y disfrutar o disfrutar y sufrir el hombre que fue el primero en poner su nombre al ciclismo sanjuanino en el siglo XXI.
‘Me gustaría dejar algo en los jóvenes ciclistas’

– ¿Cuál es el objetivo de este regreso?
– Tengo ganas de volver, creo que puedo seguir siendo competitivo, especialmente en la pista.
– ¿Cómo surgió la idea del equipo propio?
– Hace tiempo que me daba vueltas en la cabeza y un día me plantee que me gustaría dejar algo en los jóvenes ciclistas. Creo que puedo ser útil y ayudar con mi experiencia en el crecimiento de los valores zondinos que, por falta de apoyo, no participan de la temporada.
– ¿Te hubiera gustado correr la Vuelta UCI?
– Sin dudas, a quién no. Pero soy conciente que por mis actividades no puedo responder a las exigencias de un equipo profesional.
No se imagina lo que estoy haciendo para no pasar vergüenza, entreno de noche con el apoyo de un auto atrás que va con las balizas encendidas. No es lo ideal, pero es el único momento que encuentro para hacerlo.
– ¿Cuántos ciclistas tendrá el conjunto?
– Somos seis, tres con mucha experiencia, entre los que me incluyo junto a Sergio Aguirre y Matías Recabarren y el resto son pibes, dos zondinos, Julio Cortéz y Brian Flores y Gustavo Urisa, que anda muy bien en los libres.
– ¿Hace falta sufrir el calvario de la ruta para correr en pista?
– Si se tienen objetivos como los que me he propuesto, que es ser útil a la selección integrando la cuarteta de persecución y plantearme ganar alguna medalla en otra especialidad, no hay otra manera. Se sufre ahora para buscar disfrutar después. El fondo de la ruta será clave.
