El 2009 fue un año mundialista en el hockey sobre patines. Y será recordado porque el seleccionado argentino mayor cumplió una destacada actuación a punto tal que disputó la final del Mundial desarrollado en Vigo, España, justamente con el local. El equipo nacional, dirigido por el debutante José Martinazzo, cayó 3-1 en el partido decisivo pero dejó como punto saliente la importancia de volver a las fuentes. Esto es mostrar en cancha la mística que caracterizó a los seleccionados albicelestes. Con un juego rápido y efectivo fue avanzando en el certamen sin dejar dudas hasta disputarle el título de igual a igual al gran favorito, el poderoso España.
La selección, como es costumbre, hizo la previa en San Juan. Por el simple hecho que el 80 por ciento de sus jugadores son nacidos en esta tierra (lo integraron ocho sanjuaninos y dos mendocinos). La apoyatura dirigencial estuvo lejos de ser la ideal pero varios problemas se fueron solucionando en la marcha. En definitiva, el equipo viajó a las apuradas pero siempre con el objetivo de jugar el último partido del Campeonato. El menor de los Martinazzo armó un grupo bien competitivo. Con la capacidad y experiencia de varios de los que estuvieron en el Mundial pasado y con la incorporación de figuras con hambre de gloria.
La albiceleste debutó frente a Chile y el cómodo triunfo (4-1) sirvió para que los muchachos tomaran confianza definitiva. Luego se dio la goleada ante el débil Estados Unidos (24-1) y el cierre en la ronda clasificatoria significó la primera gran prueba. Fue ante Portugal -en la previa el gran favorito a jugar la final frente a España- y de nuevo apareció la capacidad del grupo. El triunfo por 3-2 dejó a los dirigidos por Martinazzo como primeros de grupo. En cuartos de final se dio un durísimo partido ante Italia, pero la Argentina estaba para más y ganó con autoridad 3-2. En semis, fue el turno de medirse con el sorprendente Brasil, y otra vez aparecieron las grandes individualidades que inclinaron la balanza a favor, hasta darse el merecido triunfo por 5-2.
Y llegó la hora esperada. Jugar la final frente a España. Partidazo. Siempre parejo. Hasta darse un 1-1 en el segundo tiempo. Pero la efectividad roja pudo más. Y dos goles locales sentenciaron el partido. Para Argentina fue derrota, pero la satrisfacción de recuperar el protagonismo volviendo a las fuentes.
En juveniles, en tanto, en el Mundial de Bassano (Italia) a los chicos argentinos (también 8 sanjuaninos) no les fue como esperaban. Terminaron sextos, a pesar que las expectativas de los dirigidos por la dupla mendocina Salinas-Briones fuesen mayores.