Como dice la vieja frase ""técnico que debuta, gana”. Ayer, con la llegada de Angel Cappa como técnico de River, y el tanto del ídolo indiscutido, Ariel Ortega, el Monumental volvió a brillar después de siete fechas.
Cappa llegó a la institución después de que el lunes Leonardo Astrada fuera despedido luego del pobre empate ante Atlético Tucumán.
Angel llegó a Núñez y con un toque cambió el equipo. Se vio a un River con dinamismo y vida. Y no solo eso, logró que la hinchada alentara todo el tiempo a su equipo, y no con insultos como se venía escuchando en cada derrota Millonaria.
Por su parte, Ortega, desde que pisó el campo de juego, fue toda ovación. Se vio a un Burrito como el de antes, con gambeta y buen juego, y con el plus de convertir el empate a los 24 minutos del complemento.
En el debut de Cappa puso todo y no se equivocó. Por ello todo el mundo de La Banda sueña con un equipo diferente y alejado del fantasma del descenso al que puede llegar en el próximo campeonato.

