Sí ya sé, muchos dirán que estoy loco. Pero, por ahí, diciendo lo que pienso, pueden interpretarme. Si digo que la Selección argentina ya tiene un lugar asegurado en los cuartos de final del Mundial suena como a un soñador optimista o a un tipo que se está aventurando a cualquier cosa sin tener ni la más pálida idea de fútbol. Con muchos años en esto de ver y opinar de fútbol, he aprendido que justamente en este deporte todos los análisis previos y los pronósticos pueden perderse en el tacho de la basura desde el mismo momento que empieza cada partido.

Pero, sin otras vueltas o justificativos, quiero decir esto: en el Grupo que le ha tocado a la Argentina y que empieza hoy, ninguno de sus rivales tiene la categoría suficiente como para ganarle. Por ahí Nigeria, especialmente por ser el rival del debut -traumático y peligroso como lo puede asegurar cualquier deportista- es complicado pero los otros dos de ninguna manera. Eso serviría para clasificar a octavos de final. Y ya instalados en esa fase, el equipo de Maradona tendrá como rival a uno de los cuatro equipos que jugaron ayer (México, Sudáfrica, Uruguay y Francia). Y, de nuevo, pienso que estos cuatro son inferiores a la Argentina. Al fútbol de Argentina. A los jugadores de Argentina. Entonces, sí, ya me veo en cuartos de final, entiéndame. Porque no es sólo un deseo. Es, por ahí, un simple análisis previo antes que se repartan las cartas.