Sin ganar ninguna etapa, pero demostrando una gran regularidad, Daniel Zamora se consagró ganador de la XXXI Vuelta Ciclista a San Juan. El chiquilín rawsino repitió la victoria de 2011 apoyado en un fuerte equipo que se armó para ganar esta carrera. No fue un triunfo categórico, pero sí fue sólido porque la Agrupación Virgen de Fátima se quedó con la clasificación general de conjuntos, al igual que el ganador individual sin haber festejado ningun parcial.

Esta Vuelta que culminó anteayer fue la mejor de los últimos cinco años. Tuvo cambios que, teóricamente, iban a servir para darle más chances a los rodadores y sprinter. Se adelantó la etapa reina, el ascenso al Colorado para el quinto día, pensando que de esa manera se emparejarían las chances. Sin embargo, por esas cosas de las carreras, quienes deberían tener mayores opciones, las perdieron en el llano y no en las alturas.

Fue una Vuelta rara. Complicada de entender deportivamente desde lo lógico, porque en parciales donde habitualmente se dan llegadas masivas, se dieron embalajes entre grupos reducidos. Entonces, antes de empezar la tercera etapa el clasificado en la posición 34 estaba a siete minutos del líder.

Fue rara porque a diferencia de sus antecesoras tuvo nada más que dos líderes durante todo su transcurso. De Díaz, que durante seis días fue quien se vistió de blanco a Zamora que lo hizo en las últimas tres jornadas, hubo diferencias significativas en la elección y concreción de las planificaciones.

La Agrupación Virgen de Fátima ganó porque potenció sus virtudes y aprovechó las debilidades rivales. Cuesta entender que le pasó al equipo del líder, Darío Díaz, en la etapa previa al ascenso al Colorado, cuando dejaron que una fuga llegara a tener cinco minutos de ventaja. La neutralizaron, sí, pero a un gran costo, que les pasó factura en el día clave. Cuando más necesitaba Díaz de piernas fuertes, en la etapa reina, la mayoría de sus gregarios se quedaron sin nafta. Zamora, Dotti y Escuela lo atacaron en los últimos 30 kilómetros y se pusieron a tiro de la punta. El Colorado no fue decisivo como en ocasiones anteriores, pero determinó quienes pelearían por la victoria final. Seguía primero Díaz, pero Escuela quedó a 4s, Zamora a 9s y Dotti a 35s, faltando aún la crono.

Pero si sorprendió la desconcentración del martes, más llamativa fue la siesta que durmieron los municipales rawsinos y pocitanos el jueves, porque una fuga de 20 hombres, donde viajaba Zamora, llegó a 7 minutos. Diferencia que los desgastados físicos redujeron a, casi 4, sirviendo la carrera en bandeja a la Agrupación Virgen de Fátima. Los rivales se durmieron con Dotti y el que los vacunó fue el otro candidato piquetero que se afirmó en la crono y terminó festejando con su equipo entero en la Avenida de Circunvalación ante los ojos de 150.000 personas que dieron un marco espectácular a un enorme acontecimiento deportivo.