El ciclista rawsino Daniel Zamora se quedó ayer con la segunda edición de la Carrera de la Fe. El pedalero de Palmar del Lago atacó faltando poco menos de una decena de kilómetros y sacó una diferencia indescontable para el pelotón en cuya cabeza trabajaban un reducido grupo de hombres de equipos rivales.

Zamorita paseó su figura en solitario por todo Chimbas, adjudicándose, aparte de la victoria final, dos pasadas especiales que repartían jugosos 200 pesos.

La competencia organizada por la Fundación para el Progreso y la subcomisión de ciclismo del club San Martín contó con 109 competidores en su punto de partida. Se largó desde el el kilómetro cero de San Juan ubicado en la plaza 25 de Mayo frente a la iglesia Catedral. Desde allí, el enjambre multicolor de camisetas, transitó 132,6 kilómetros pasando por Rawson, Pocito, 9 de Julio, San Martín, Angaco, Albardón y cruzar parte de Chimbas. Zamora, cubrió el recorrido en 2h.53m.23s., luego de andar más del 90 por ciento del trazado dentro del pelotón cuidando piernas porque dos compañeros suyos (Emanuel Saldaño y Pedro González) junto a otros cinco hombres anduvieron casi dos horas escapados.

Emiliano Ibarra (Agrupación Virgen de Fátima), Juan Gáspari (Casa Lista Inmobiliaria/SEP), José Luis Font (Municipalidad de Pocito), Juan Barón (Cicles Marzano) y el chileno José Balagüe fueron los otros cinco hombres que protagonizaron la aventura iniciada en Av. Joaquín Uñac y calle 10, en el regreso de Pocito, y culminada en Ruta 40 pasando el puente de Albardón.

Antes de esa alternativa que marcó gran parte del transcurso de la competencia quien había logrado protagonismo y ganó en solitario la primera pasada especial frente a la iglesia de Santa Bárbara, en Pocito, fue el jachallero Juan Capdevila. El Juani, capitán del equipo Mardan-Coach, se escapó entrando a Pocito y aguantó hasta que los otros siete ciclistas lo superaron. Saldaño ganó tres de las cuatro pasadas, la otra fue para Ibarra, hasta que en Albardón los neutralizó el pelotón comandado por los municipales pocitanos.

En el momento que los perseguidores aflojaron el ritmo, pegó el salto Zamorita. Ese ataque fue letal, cuando los de atrás se rearmaron la suerte de la Carrera de la Fe estaba echada.