La situación clínica de la exboxeadora, Alejandra “Locomotora” Oliveras, muestra un leve signo de recuperación, según el último parte médico firmado por el equipo médico del Hospital José María Cullen, encabezado por el director del nosocomio, el doctor Bruno Moroni.

“Desde el punto de vista clínico, evoluciona hemodinámicamente estable. Respecto a la evolución neurológica, mantiene períodos de respuesta motora y apertura ocular, tanto espontánea como a la orden”, informó el comunicado del día 12 de internación.

Y agregaron desde el nosocomio: “Debido a esta estabilidad, tanto clínica como neurológica, se ha iniciado el proceso de desvinculación de la asistencia respiratoria mecánica en forma paulatina, con períodos de respiración espontánea. Continúa bajo seguimiento permanente por parte del equipo de la Unidad de Terapia Intensiva”.

Aunque el último parte tenga cierto carácter esperanzador, la situación clínica de la deportista, de 47 años, sigue siendo de pronóstico reservado. El equipo médico, al igual que el parte difundido el día de ayer, confirma que la paciente presenta “algunos signos de respuesta motora en el hemicuerpo derecho”.

Vale recordar que ayer se le realizó una traqueotomía, un paso relevante en el manejo de pacientes críticos, ya que facilita la reducción de sedantes y permite un monitoreo más preciso de la función neurológica.

Qué le ocurrió a la exboxeadora
El accidente cerebrovascular que afectó a Oliveras ocurrió mientras dormía, lo que impidió que recibiera atención médica dentro de la llamada “ventana terapéutica”, el periodo en el que los tratamientos resultan más efectivos.

Según explicó el doctor Alejandro Musacchio (MP 5686), jefe del servicio de Neurorradiología Intervencionista del hospital, “teníamos que hacer una angioplastía en el cuello, tratar de sacarle los coágulos del cerebro; eso siempre y cuando esté dentro de unas primeras cuatro horas. Si pasaron las cuatro horas, es muy riesgoso y podemos provocarle una hemorragia”. La llegada de la paciente al hospital “fuera de ventana” limitó las opciones de intervención inmediata y condicionó el abordaje terapéutico.