Parecía no haber otra forma de marcarle un gol a Boca que de penal. Desde el silbatazo inicial en el Hard Rock Stadium, Ángel Di María sufrió la marca cercana y agresiva de todos los futbolistas xeneizes, pero antes del cierre del primer tiempo convirtió el descuento de Benfica, que ahora pierde 2-1 en el debut del Mundial de Clubes.
A los 44 minutos, Fideo buscó con un tiro de esquina cerrado desde la derecha a Nicolás Otamendi, quien no llegó a desviar la pelota porque se desplomó en el área grande azul y oro tras sentir un rodillazo por parte de Carlos Palacios. Todas las Águilas reclamaron infracción y el árbitro mexicano César Ramos, tras revisar la jugada en el VAR, no dudó en cobrar la pena máxima.
Con el talento y la frialdad que caracteriza a un campeón del mundo, Di María definió con sutileza al palo derecho de un Agustín Marchesín que se había revolcado al otro costado y le dio vida a su equipo, que en tramo del encuentro estaba groggy tras los dos goles seguidos del Xeneize.

