Nació como una unión vecinal para administrar el agua potable en la zona Norte de Albardón. Pasó por todos los estados desde aquel esplendor inicial a la oscuridad de 13 años sin dirigencia, sin movimiento. Parecía que la Vecinal Manuel Belgrano estaba condenada a la desaparición pero en plena pandemia, un grupo minúsculo de dirigentes se decidió a reflotarla y el trabajo hoy dio sus frutos. Con un perfil social, cultural y especialmente deportivo, la Vecinal tiene una gama de deportes que la hacen polo deportivo en Albardón.
Fútbol, vóleibol, ciclismo, padel, karate son algunas de las disciplinas, pero además hay escuela de folclore, zumba e incluso, sus instalaciones son utilizadas como salas velatorias para los vecinos de toda su zona de influencia. Un renacimiento que no todos imaginaron y que la han posicionado como una de las instituciones más activas de la zona.

Este trabajo de dejar atrás 13 años en los que la Vecinal estuvo a punto de desaparecer, tuvo puntos complejos como las deudas que había con la ex-AFIP, los convenios pendiente con OSSE y varios flancos más que no fueron sencillos de resolver. Hoy, la dirigencia actual que encabeza Alejandra Perona, está preparando la renovación de sus autoridades, sabiendo que queda mucho por hacer.
La Vecinal Belgrano tiene un movimiento diario entre todas las disciplinas y los talleres que se realizan que superan las 120 personas. Un número importante para Albardón. Además, sus equipos participan en ligas provinciales como las del vóleibol y tiene presencia en la Federación Ciclista de San Juan como club y organizador de pruebas del calendario. Se viene septiembre y en la Belgrano ya empezaron a diagramar el calendario estival que incluirá los festejos del Día de la Madre como una de las fechas más salientes.

En lo económico, su funcionamiento no es sencillo de materializar. Con pocos socios activos y una cuota social que no cubre los gastos, en cada una de las disciplinas agudizan su ingenio y su trabajo para poder conseguir fondos sean para viajar, para indumentaria y para entrenadores. Una muestra de que las instituciones no se mueren así nomás y que es posible su renacimiento a partir del trabajo de sus propios vecinos.

