Las pasiones, sean por un deporte o por un equipo, se transmiten de generación en generación o en muchos casos, se traen incorporadas en el ADN. Ese es el caso de Melisa Cortéz de 33 años y de su hija Sofía Ibañez de 15. Ambas juegan al básquet, la mamá en Sanjuanino Juniors y la hija en Lanteri, y recientemente por el Torneo Apertura les tocó enfrentarse dentro de una cancha.

Ambas viven y sienten al basquetbol con pasión. Sofía prácticamente lo heredó desde la panza. Es que su mamá Melisa jugó desde muy pequeña en Sanjuanino Junior y con el cierre del club de Rivadavia dejó de jugar. Fue mamá muy joven de Sofía y se dedicó de lleno a la maternidad y a estudiar para recibirse de maestra. Por años ese ´bichito´ que siente por el deporte de la naranja estuvo dormido hasta que en el 2022 revivió ese amor. Con el resurgir de Sanjuanino y esa movida para reunir jugadoras que hayan pasado alguna vez por el histórico club, Melisa se animó y volvió a calzarse los cortos para jugar al deporte que la apasiona y en el club de sus amores. La joven mamá, que además de Sofía tiene dos pequeñas más, se dio tiempo para ir a entrenar. Sofía que en ese momento jugaba al hándbol en Universidad comenzó a contagiarse con la pasión de su mamá y ahí no más también se sumó a los entrenamientos en Sanjuanino.

“Amamos este deporte. Yo lo practiqué desde muy chiquita y siempre me gustó. Después el club pasó por un mal momento y yo estaba abocada a otras cosas por eso dejé pero cuando el club volvió a incorporar al básquet femenino sentí que era mi chance de volver y creo que esa pasión se la pasé a mis hijas”, comenta la maestra. Sofía, se repartió entre los entrenamientos de hándbol en la “U” y de basquetbol en Sanjuanino hasta que tuvo que decidirse por un deporte y eligió al deporte de la naranja. La chica de 15 años, representó a la provincia en los Juegos Evita y este año decidió emigrar a Lanteri donde juega en la categoría U17 y en la Primera DivisióN.

Por la 5ta fecha del Torneo Femenino, llegó el momento de medirse dentro de una cancha: Sanjuaninos vs Lanteri y madre vs hija. “Fue un momento muy lindo porque además de que antes hubo bromas de por medio, enfrentarme a mi hija mayor no tiene precio. Es un orgullo enorme que ella sienta este deporte como su madre”, expresó Melisa quien también agradece el respaldo de Ramiro, su pareja, quien es el hincha N°1 tanto de la madre como también de una de sus regalonas. ¿Quien ganó ese encuentro entre madre e hija? La menor. Es que Lanteri se impuso con categoría y quizás por eso a la madre no le dolió como sí le hubiese dolido otra derrota: “Nos ganaron bien porque tienen un equipo de jugadoras jóvenes que juegan un montón”, detalló.

Madre e hija seguramente tendrán otro cruce adentro de una cancha pero eso no es todo porque la herencia por el básquet sigue en la familia: Juli, a sus 8 años ya le sigue los pasos a su madre y a su hermana mayor y comenzó a jugar en la categoría “Mosquito” en Lanteri, sin dudas una pasión que continuará transmitiéndose…