Deyverson, autor de un doblete en la victoria por 3-0 en la ida de las semifinales de la Copa Libertadores entre Atlético Mineiro y River, hizo de las suyas en la revancha en el estadio Monumental, que está igualada sin goles. Además de tratar de “cagones” a los hinchas del Millonario por la demora en la salida del micro, realizó el gesto de la camiseta de Boca en la antesala del precalentamiento y se puso tapones en los oídos cuando fue sustituido.

Mientras el vehículo que trasladaba a la delegación encabezada por Gabriel Milito esperaba el visto bueno de los organismos de seguridad para salir rumbo a la cancha, el delantero brasileño había hecho una seña que sugería cierto temor de parte de la hinchada riverplatense. Toda esa movida obligó a Conmebol a retrasar 15 minutos el comienzo del encuentro, pautado para las 21.30 horas originalmente.

Como si fuera poco, el atacante, conocido por sus particulares shows dentro de la cancha, se dibujó una franja imaginaria a la altura del pecho para emular el diseño de la remera del Xeneize. La provocación quedó retratada en un video y se produjo mientras el Galo subía el túnel camino a la entrada en calor. También se había especulado con que había llevado una casaca azul y oro en el micro, pero nunca pudo comprobarse completamente.

Durante el trámite, volvió a mostrar una de sus típicas picardías. Tras un error de Matías Kranevitter, quedó mano a mano e intentó eludirlo, pero el arquero campeón del mundo lo anticipó. El brasileño estuvo un rato en el piso y pidió penal, mas el árbitro colombiano Wilmar Roldán hizo caso omiso.

Luego intentó capturar el rebote que dejó el tiro en el poste de Gustavo Scarpa, pero otra vez Armani le quitó el grito de la garganta. Fue reemplazado a los 62 minutos por Rubens, sin la misma gravitación que en el primer partido. Para completar su show, se tapó los oídos mientras se iba y acusó a los hinchas de River de que “no se escuchaban los cánticos”. Todo esto mientras hacía la seña del “mono”; como una forma de cambiarle el sentido a los gestos racistas que suelen realizar los fanáticos argentinos cuando enfrentan a los brasileños.