Era el momento. Acorralado por los números del descenso, complicado con la sequía de goles y angustiado por la urgencia de ganar, este Atlético San Martín dio señales de vida cuando más lo necesitaba. Es que ese cabezazo de Diego González, a los 33′ del segundo tiempo en el Nuevo Gasómetro sirvió para terminar con todo esa cadena de sufrimientos.

Volvió a ganar, ganó su primer partido como visitante del año, le quitó el invicto a San Lorenzo de local y en la pelea por la permanencia, dio el golpe. Así como Aldosivi había hecho ruido la semana pasada ganando en Unión, ahora San Martín hizo lo suyo.

En los promedios, todo cambió y en la Anual, Talleres ahora tiene presión encima. Más, no se podía pedir en el Verdinegro sabiendo que quedarán cuatro partidos para el milagro.

En el primer tiempo, San Martín intentó hacerse fuerte a partir del orden para recuperar y la salida rápida para intentar desacomodar a San Lorenzo con Maestro Puch y Tomás Fernández de corredores. Nunca se le pudo dar ese partido, pero le alcanzó para controlar a un San Lorenzo sin demasiadas ideas. Pero en los últimos 15′ se complicaron las cosas porque creció la presión local y San Martín dio algunas ventajas en la marca. Así, en la más clara, Borgogno le tapó un cabezazo debajo del arco a Fabricio López cuando iban 36′. Pidieron gol, pero el árbitro no convalidó el reclamo local. Luego le tocó a Cerutti probar al arquero sanjuanino y Borgogno respondió sacandola al córner. Así, apuradito San Martín terminó la primera etapa.

En el complemento, la polémica se instaló rápido porque a los 2′ pidieron penal sobre Reali pero el VAR sostuvo que no. Llegó el minuto 9 y San Martín vio pasar una chance increíble cuando el arquero Altamirano salió mal con los pies y le dejó servida la pelota a Maestro Puch que no pudo definirlo. Pasando los 25′ , San Lorenzo volvió al asedio y con Herazo en cancha exigió que Borgogno fuera figura tapandole dos pelotas infernales. Pero claro, este San Martín tenía que mostrar rebeldía, amor propio. Tenía que demostrar que quería seguir peleando por la permanencia y a los 33′ de un tiro libre de Jaurena desde la izquierda, apareció el anticipo del Pulpo González para cabecear al gol y quedarse sin garganta en un festejo que todo San Juan se merecía. Con el 1-0 arriba, Romagnoli decidió cerrar el partido. Línea de cinco, como contra Platense, para aguantar lo que se venía. Así, con un par de sustos más, San Martín bancó la parada. Soportó todo y festejó mucho más que una victoria.

En el momento justo, cuando ya la amenaza del descenso parecía agigantarse, el Verdinegro dio señales de vida, sabiendo que quedan cuatro capitulos de una historia que no está escrita todavía.