Tranquilos, de entre 40 y 45 años, experimentados, portando armas de grueso calibre y a cara descubierta. Así de resueltos ingresaron ayer al menos 5 delincuentes para perpetrar lo que sería el robo a mano armada más importante en lo que va de 2011 y el que dejó el mayor botín a los ladrones en los últimos 7 años (ver Los golpes que hicieron historia). El blanco: La distribuidora de bebidas "Arturo Zorrilla Martínez", un predio capitalino ubicado en el lateral de Circunvalación que carece de seguridad privada o policial y también de cámaras de vigilancia, dijeron en la Policía. Allí, los malvivientes redujeron a unos 25 empleados -incluidas dos hijas del dueño-, y golpearon a tres de ellos para llevarse un jugoso botín: Nada más y nada menos que unos 300.000 pesos, las ganancias de los últimos días, informaron en la policía. Luego de unos 15 minutos y antes que llegara un camión de caudales a recoger la plata, los asaltantes huyeron en una Ford EcoSport de una de las hijas del empresario y después la abandonaron en un barrio cercano. En la policía creen que la banda actuó con los datos precisos de un entregador.

El asalto ocurrió a las 9, horario en que recién abrían ayer las puertas de la distribuidora, situada en Lateral Sur de Circunvalación al 510 Oeste, Capital. Tanto autoridades como empleados de la firma no quisieron hacer declaraciones a este diario.

Según la Policía, a esa hora, uno de los ladrones sorprendió en la vereda a un empleado. Otro de los asaltantes enfiló hacia una garita y redujo "tranquilamente" a otro dependiente mostrándole el arma que llevaba en la cintura. Hasta ahí ninguna de las otras víctimas se dio cuenta del robo hasta que los ladrones irrumpieron en el galpón.

En ese sector, redujeron a 3 hombres y los llevaron a un patio interno. Un tercer ladrón se fue derecho hacia las oficinas de la empresa. En una de ellas, sorprendió a 2 preventistas y los amedrentó dándoles un cachazo en la cabeza y hasta patadas. Otro empleado también fue golpeado por los ladrones.

Un cuarto delincuente entró a otro sector donde estaban las hijas de Zorrilla y más empleados de la firma. De ese lugar fue de donde sacaron el dinero que -según altos jefes policiales- anoche había sido estimado en al menos $300.000, que eran las ganancias del miércoles, jueves y sábado último. Anoche, los pesquisas no disimulaban la extrañeza que les causaba el hecho de que en la firma no supieran cuánto dinero debían entregar al camión de caudales, pues primero se habló de 10.000 pesos, luego de 500.000, de 600.000 hasta que finalmente se informó que denunciaron 300.000 pesos.

Antes de irse, la banda les quitó y hasta desarmó los celulares de la mayoría de las víctimas y luego los encerraron.

La sospecha policial es que la banda estaría conformada por un entregador local y ladrones foráneos "profesionales" que, suponen, podrían ser mendocinos.