Cuando Javier Cámpora se enteró que a las 9,15 tres asaltantes encañonaron a una secretaria del estudio jurídico que comparte con otros colegas en Jujuy y Libertador, en Capital, en el acto pensó en un incendio en despacho. ¿Por qué? porque a su cliente Hugo Naranjo le habían prendido fuego a sus oficinas luego de que el ex comisario Alejandro Pereyra le diera cinco disparos a quemarropa en sus oficinas, en mayo de 2006. Cámpora pensó en un ataque similar por la información que guarda de ese resonante caso, que culminó con Pereyra condenado a 17 años de cárcel y una investigación abierta. Pero no, los delincuentes revisaron rápidamente su oficina y no tocaron nada. También revisaron otros cinco despachos y en uno de ellos encontraron 7.000 pesos.
"La empleada asegura que llamaron al portero y cuando salió a atender la sorprendió un sujeto con un arma que la obligó a no verla y se la llevó a un despacho donde le ató las manos atrás con un alambre y la dejó encerrada. Desde allí ella escuchó las voces de otros dos delincuentes… entre todos revisaron todo y sólo hallaron esos 7.000 pesos en un escritorio, plata que estaba circunstancialmente porque acá no se maneja dinero. En principio pensé que entraron con un objetivo determinado, quemarme el despacho, pero por suerte no me tocaron ni un papel", dijo ayer Cámpora.