La teoría de que el cadáver de Cristina Olivares pudo ser ocultado y abandonado bajo un árbol del callejón Picón metros al Sur de Calle 7, Pocito, recién al día siguiente del brutal crimen (le dieron unos 160 cuchillazos), sobrevoló ayer en el juicio que se sigue en la Sala I de la Cámara Penal, contra quien era el marido de la víctima, Miguel Palma, su entonces amante, Rosa Videla y la cuñada de esta última, Noelia Corvalán. ¿Por qué esa suposición? una vecina del lugar, Daniela Alessi declaró que la noche del 7 de julio de 2012 vio pasar por su casa de Calle 8 a una joven sentada en la caja de una camioneta Saveiro roja (la de Videla) y al otro día reconoció a la misma joven muerta bajo un árbol. En la escena del crimen también había poca sangre y hay otros testigos que refieren no haber visto el cadáver aquella mañana del 8 de julio, donde luego lo hallaron. Alessi también describió a un sujeto similar a Palma aquella noche, y reiteró haber recibido presiones de parientes del imputado por sus dichos.