Karen Vaginay, acusada de llevar al “Huevito” para que lo maten.

 

El médico forense Eduardo Recabarren instaló ayer la posibilidad de que los 17 cuchillazos que el 19 de enero de 2015 en el Parque de Mayo terminaron con la vida de Ángel Matías “Huevito” Amado (18), no fuera un ataque alevoso, es decir, cometido a traición y sin riesgo para su presunto homicida, Sebastián Tobal (24). “La posición (en el ataque) puede haber variado de anterior (frente) a posterior (espalda)”, dijo el profesional. Y describió también que dos heridas en el antebrazo izquierdo y la mano derecha del fallecido, pudieron ser para “cubrirse”. El punto es clave porque Tobal y Karen Vaginay (21, ambos se negaron a declarar) están sospechados de cometer un homicidio agravado por alevosía (la víctima recibió 7 puntazos en la espalda), que se castiga con perpetua.

 

“Autor”. Sebastián Tobal está acusado de darle 17 cuchillazos a la víctima.

La hipótesis es que Tobal mató al “Huevito” para vengarse, porque éste había liquidado de tres tiros a su hermano Walter el 17 de marzo de 2013. En el medio, un cuñado del “Huevito”, Mauricio “Peca” Ramírez, mató a un amigo de los Tobal, Carlos “Mauro” Murúa.