Alejandro Yesurón, el médico forense que analizó el cadáver del mecánico Mario Eduardo Cuello (38), pareció con sus dichos abrir una puerta a un posible pedido de libertad de los cuatro familiares acusados de matar a Cuello a golpes y cuchillazos en junio de 2011, en el barrio Malimán, Rawson. El profesional aseguró ayer que Cuello murió por una sucesión de causas. Así, habló de un traumatismo cerrado de tórax, severo y provocado por un golpe, que terminó por llenar de aire y líquido uno de sus pulmones. Remarcó además la existencia de un corte con arma blanca en su oreja izquierda que, con alta probabilidad, le originó una infección de la que no pudieron salvarlo. También precisó que la actitud de la víctima al irse del Hospital Rawson cuando se sentía bien y regresar horas después cuando empeoró, fue otro factor que contribuyó en el fatal desenlace.

Y aunque descartó la existencia otros cuchillazos y golpes, o la presencia de fracturas y lesiones graves en otros órganos vitales, el médico concluyó de todos modos que Cuello sufrió una muerte violenta y de ‘manera homicida’.

La mención de un traumatismo de tórax y el corte en la oreja que acarreó la infección letal, representó para los defensores Jorge Olivera, Horacio Merino y Marcelo Abarca Gómez, la oportunidad de replantear un cambio de calificación del delito y un eventual pedido de libertad para sus clientes.

Actualmente, Angel Federico Ortega, su hermana Viviana Ortega y los hijos de esta mujer, Roberto ‘Pelado’ Argüello y su hermano Sergio ‘Carucha’ Argüello, están acusados de cometer un homicidio simple, con penas de entre 8 y 25 años.

Y aunque inicialmente su estrategia apuntaba a plantear el hecho como un homicidio en riña (excarcelable) porque no se podía individualizar al autor, la declaración del médico forense podría llevarlos ahora a intentar que los jueces Ricardo Alfredo Conte Grand, Eugenio Barbera y Eduardo Gil (Sala III, Cámara Penal), recalifiquen el hecho como un homicidio atenuado, dijeron fuentes judiciales.

La hipótesis que circuló ayer con mayor fuerza fue la de un homicidio preterintencional, que también es excarcelable. Este delito se configura cuando alguien quiere causar un daño en la salud de otro, pero no su muerte. ‘El médico dejó en claro que el corte en la oreja y el traumatismo de tórax por sí solas, fueron lesiones que no provocaron la muerte’, remarcó uno de los defensores.

La fiscal Leticia Ferrón de Rago deberá decidir también si mantiene o no la acusación inicial por el delito de homicidio simple, contra los imputados.

La mañana del 5 de junio de 2011 en el barrio Malimán, Rawson, Ortega y Cuello bebieron hasta que discutieron y pelearon. Según la causa, Ortega se fue y volvió con un sobrino, con el que atacó a Cuello, igual que su hermana y su otro sobrino. A causa de esa agresión Cuello murió el 12 de junio en el Hospital Rawson.