“Toda la vida la verdugueó y le pegó. La llamaba por teléfono para amenazarla y las veces que iba a verlo al penal la golpeaba.
Siempre le decía que la iba matar, pero ella no lo denunciaba por miedo”. Romina describía así ese final anunciado que tuvo su hermana Alba Ruth Pizarro (33), asesinada brutalmente el jueves por su marido, el delincuente Carlos Roberto Limolle (37), tras llevarla a la fuerza hasta calle América, al Sur de 18, Rawson, y golpearla con una piedra.
Fuentes policiales contaron que la autopsia realizada por la forense María Vázquez reveló que la mujer (madre de 6 chicos) murió por los golpes en el cráneo. Tenía una decena de heridas y hematomas en la cabeza, además de una fractura en un maxilar, luxación en la muñeca izquierda, lesiones en las manos (señal que se defendió) y muchos raspones en la espalda, como si la hubieran arrastrado, dijeron. Descartaron que haya estado embarazada. Fue un caso de violencia de género por los celos obsesivos de este sujeto, que salió de la cárcel el martes último después de obtener la excarcelación en una causa por drogas.
Antes lo acusaron por un crimen, pero zafó. “Mi hermana lo mantenía y él le hacía sufrir. Le pegaba a ella y a sus hijos. Le hizo la vida imposible hasta que la mató. Sólo un monstruo pudo haber hecho esto”, dijo Rodolfo, otro hermano.

